Sin haber tenido que esperar mucho, parece que hayamos pasado de nuevo al desván de los dirigentes políticos
Las restricciones para frenar el coronavirus han conferido un reconocimiento social sin precedentes al transporte por carretera y los profesionales que lo componen. Nadie duda ya de que nuestro sector es uno de los esenciales y que, en las semanas más duras, ese carácter quedó confirmado. Cabe preguntarse si esta percepción perdurará. La respuesta, me temo, es negativa. Sin haber tenido que esperar mucho, parece que hayamos pasado directamente de nuevo al desván de los dirigentes políticos, Ministerio de Transportes incluido.
Todo el sobreesfuerzo llevado a cabo en lo más duro de las restricciones (hasta ahora), en las que el sector, junto a cuerpos y fuerzas de seguridad, sanitarios y distribución, no paró su actividad, sino que registró aumentos del 140 por ciento, seguidos de caídas del 50 por ciento, ha pasado a formar parte de las amnesias gubernamentales. Para empezar, el cierre fronterizo que dejó secuestrados en Kent a miles de conductores, sin previo aviso y sin plan para atenderles por la nueva variante del virus. Por otra parte, nos encontramos con el repetido “olvido” en la normativa del Gobierno catalán al decretar el cierre total de restaurantes y cafeterías sin acordarse de la atención que necesitan los transportistas. Llueve sobre mojado.
Si esto fuera poco, Transportes ha incumplido varias promesas acordadas con el CNTC, como el Plan de Impulso a la Sostenibilidad del Transporte de Mercancías por Carretera 2021-2023, las sanciones a los incumplidores de la ley antimorosidad para este sector, abonos por valor de 200 millones por el ‘céntimo sanitario’, entre otras, que han acabado en un cajón. También, debido al temporal Filomena, los transportistas se quedaron “embolsados” durante días en los llamados aparcamientos de viabilidad invernal, sin las más mínimas condiciones.
Pasada la nevada, ¿volveremos a dejar esa adecuación sin solventar quizás hasta la próxima? Tanto en encuestas públicas realizadas en verano, como en las conclusiones de un informe prospectivo sobre el futuro del transporte, presentado en otoño, se reconoce y se remarca el papel vital del tejido empresarial del sector. Ojalá esa valiosa información sirva para que las autoridades no dejen al transporte de mercancías, y a quienes lo hacen posible, en una nota a pie de página.
Ramón Valdivia
rvaldivia@astic.net