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Pospandemia

Había ganas de fiesta, y allí estábamos en el SIL miles de personas, batiendo récords de lentitud para avanzar por los pasillos

Los que peinamos canas recordamos un juego habitual hace años, cuando no había móviles, redes sociales y esas cosas malvadas. Consistía en atar una tela de color en el medio de una cuerda larga, situar el punto medio de la cuerda con la tela atada, encima de una marca en el suelo y a los dos equipos tirando de cada lado. Ganaba el que conseguía arrastrar al contrario hasta rebasar la línea.

A veces ocurría que accidentalmente, o no, uno de los equipos soltaba la cuerda, y el otro se iba al suelo. Con esta secuencia, asociada a lo que nos está pasando en estos tiempos pos-COVID, me desperté hoy. Pondré un ejemplo reciente. El SIL celebrado en Barcelona a principios de junio después de dos años sin la feria-congreso más importante del sector en España. Había ganas de fiesta, y allí estábamos miles de personas, batiendo récords de lentitud para avanzar por los pasillos. En algunos momentos me recordaba a las aglomeraciones tan habituales en discotecas y conciertos. Consecuencias, la semana siguiente muchos tuvimos que mantener una prudente estancia en casa teletrabajando.

En positivo, los reencuentros, las conversaciones cara a cara, o como solemos decir, en tres dimensiones, después de todo este tiempo pandémico en dos.

Lo mismo pasa (lo de la cuerda) con la digitalización. Después de mucho tiempo de resistencia numantina a acometerla, viene la pandemia y rompe la cuerda. Todos al suelo. Ahora toca correr. También en esto, el SIL cambió la tendencia. Se vio cómo el espacio de exposición dedicado a tecnologías digitales aumentaba. También la dedicación de tiempo en el congreso a conferencias y debates sobre la transformación digital. Potenciarlo aún más en las siguientes ediciones y subir el nivel es lo deseable.

Juanma Martínez

jmmartinezmourin@gmail.com