Operadores y la Autoridad Portuaria de Barcelona están preocupados porque la campaña de importación de frutas de terceros países empeore el cuello de botella que ya se produce en el Servicio de Inspección de Sanidad Vegetal. Así se puso de relieve en la última reunión, el pasado mes de julio, del Consejo Rector de Promoción de la Comunidad Portuaria, foro que reúne periódicamente a representantes de los operadores y de la propia Autoridad Portuaria.
La falta de medios en los Servicios de Inspección en Frontera (SIF) está provocando problemas desde hace tiempo que, en lugar de solucionarse, han empeorado en los últimos meses. Hay menos inspectores y esta carencia provoca “que se hayan reducido las inspecciones en las terminales y el contenedor se tenga que trasladar al edificio PIF con el consiguiente coste del transporte y pérdida de tiempo”, señaló Manuel Galán, director de Promoción de la Comunidad Portuaria de Barcelona.
Además, se han reducido los horarios de inspección y de atención. Ello provoca que se inspeccionen menos contenedores diariamente y queden para el día siguiente. Se dan también problemas de gestión, como en el caso concreto del Servicio de Inspección de Sanidad Vegetal. El grupo de trabajo del SIF del Consejo Rector ha acordado pedir al consejo de administración de la Autoridad Portuaria que, a su vez, reclame más medios de inspección a la Delegación del Gobierno o al Ministerio de Administraciones Públicas. Una posible solución sería “traspasar las competencias directas o de gestión a la Generalitat”, apuntó Manuel Galán.
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