Ya podemos ir olvidándonos de los currículums tradicionales
Fin de curso escribiendo algo entre los calores del tórrido Madrid veraniego que leeréis en el siguiente inicio de curso. Es buen momento para hacer alguna predicción. Los más grandes innovadores se han caracterizado por tener un plus de capacidad cerebral que les ha permitido hacer pronósticos sobre qué iba a pasar con nuestras vidas, y además acertar.
Algunos ejemplos ilustres (hay muchos más) pueden ser Elon Musk, Steve Jobs o el quizás menos conocido Reid Hoffman. Este es el ideólogo y fundador de Linkedin, la primera y más exitosa red social profesional, que arrancó en 2002. Su éxito ha sido espectacular, en 2008 tenía 25 millones de usuarios, cinco años después 200, en 2016 la vendió a Microsoft por 26.200 millones de dólares.
Hoffman predijo el auge de las redes sociales en 1997, cinco años antes de fundar Linkedin. Algunas atrás predicciones en las que Hoffman acertó fueron, que las redes sociales cambiarían el mundo, el auge y éxito de las plataformas de economía colaborativa, como Uber o Airbnb, o la revolución de la IA muchos años antes de ChatGPT.
Una más reciente es la revolución del trabajo freelance. Anticipa que en diez años la mitad de los trabajadores de EEUU será freelance. Ya, pero eso es USA, no España. Bueno, la historia demuestra que las grandes revoluciones sociales de los últimos dos siglos arrancaron allí y llegaron aquí.
Otra es la influencia de la huella digital personal, que será nuestro activo más valioso. Es online y reside, por ejemplo, en las redes sociales profesionales especializadas, como el propio Linkedin, pero certificando con identidad digital soberana respaldada por redes inalterables (blockchain).
Ya podemos ir olvidándonos de los currículums tradicionales. No se trata solo de mostrar en qué has trabajado, sino de construir una marca personal que destaque en un enorme universo de información digital.
Y cada día es más difícil destacar.
Juanma Martínez
jmmartinezmourin@gmail.com