El cierre de las plantas de Nissan en Cataluña supondrá un golpe en estos tráficos para el enclave catalán, que acoge el centro de distribución de la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi para el sur de Europa.
El cierre de las plantas de Nissan en Cataluña, anunciado ayer oficialmente por el fabricante japonés, supondrá un duro golpe para el tráfico de vehículos nuevos del puerto de Barcelona y para los proveedores logísticos de la multinacional.
La dársena catalana calcula que podría perder 50.000 vehículos de exportación anualmente, según datos facilitados por la Autoridad Portuaria de Barcelona a TRANSPORTE XXI. Ello supone alrededor del 13 por ciento de estos flujos, que el año pasado sumaron 377.777 unidades.
Nissan confirmó ayer oficialmente que se va de Cataluña. Ello supone el cierre de la planta del polígono de Zona Franca de Barcelona, así como sus centros productivos satélite en Montcada i Reixach, dedicado a la chapistería, y en Sant Andreu de la Barca, de bastidores. Nissan cuenta también con las unidades de I+D, el centro de recambios y el centro logístico del puerto de Barcelona.
No obstante, “esperamos que la logística de distribución de Nissan siga pasando por el puerto de Barcelona”, señalaron fuentes de la Autoridad Portuaria. Nissan es “un gran partner logístico del puerto. Tenemos una relación muy estrecha con ellos”, añadieron estas fuentes.
La multinacional japonesa cuenta con el centro de distribución de vehículos en la dársena catalana, Nissan Distribution Service (NDS), que gestiona el reparto de los vehículos de la alianza Nissan-Renault- Mitsubishi en el sur de Europa. Por esta plataforma pasaron un total de 509.000 unidades en el penúltimo ejercicio fiscal (entre abril de 2018 y marzo de 2019). De las 509.000 unidades distribuidas, 353.000 vehículos salieron por vía terrestre al resto de España, Francia y Portugal. Y 156.000 unidades se canalizaron por vía marítima desde los puertos de Barcelona y Santander.