La Autoridad portuaria baraja una caída de los tráficos de dos dígitos, pero “muy por debajo” del descenso de casi el 19% que ha acumulado en los primeros seis meses del año.
El puerto de Barcelona ha cerrado el primer semestre del año con un descenso de los tráficos del 18,8 por ciento, hasta los 28,01 millones de toneladas, en comparación con el mismo periodo de 2019.
La buena noticia, “lo peor ha pasado, la tendencia de los tráficos es a la recuperación”, señaló Mercè Conesa, presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona, en la presentación de los resultados el pasado viernes. Eso sí, será determinante para la incipiente recuperación que la gestión de los brotes del coronavirus “sea lo mínimo invasiva posible en el ciclo económico”. Y aunque la economía no se vuelva a paralizar, los responsables portuarios trabajan a tres años vista para la recuperación de los tráficos prepandemia.
El descenso de casi el 19 por ciento de la actividad, hasta junio, se debe, en buena medida, al comportamiento de los tráficos de transbordo de contenedores y de refinados de petróleo. Los flujos totales de contenedores sumaron un descenso del 20,5 por ciento, hasta los 1,37 millones de TEUs. Los responsables portuarios pusieron en valor que los contenedores llenos de exportación acumularan una bajada inferior al 3 por ciento, “son unos datos significativos que nos ayudarán a salir de la crisis”, señaló José Alberto Alberto Carbonell, director general de la Autoridad Portuaria. Mientras que las importaciones descendieron el 15 por ciento y los tránsitos retrocedieron el 31 por ciento.
Los graneles líquidos todavía bajaron más, el 23,3 por ciento, hasta los 6,38 millones de toneladas, por el petróleo. La Autoridad Portuaria espera que estos flujos se reactiven en el último trimestre del año. Los graneles sólidos rompieron la tendencia negativa con un incremento del 1,3 por ciento, hasta los 2,06 millones de toneladas. Las importaciones de material para la siderúrgica Celsa y de habas de soja son las “culpables” de esta buena evolución.
El tráfico de automóviles, estratégico para la instalación, acumuló un descenso del 48 por ciento al sumar un total de 218.543 unidades. Solo en mayo, sin importación al no venderse vehículos y sin exportación porque las fábricas estaban cerradas, estos flujos bajaron el 81,90 por ciento. Las autopistas del mar con Italia retrocedieron el 12 por ciento. El crecimiento de los servicios de Grimaldi con Civitavecchia no compensaron el impacto de la pandemia en sus líneas con el norte de Italia.
Los resultados económicos saldan el primer semestre con un descenso del 39 por ciento de los beneficios, hasta los 12,5 millones de euros, y del 15 por ciento de los ingresos, hasta los 72,68 millones. En cuanto a las previsiones de cierre del ejercicio, “esperamos cifras positivas con una caída importante sobre el año pasado”, señaló Mercè Conesa. En tráficos, las previsiones apuntan a un descenso de “dos dígitos, pero muy por debajo del casi 19 por ciento del primer semestre”, añadió José Alberto Carbonell.