La entidad, que ostenta el 5% del puerto seco alavés, argumenta que “no puede permanecer en una sociedad que tiene pérdidas”.
La Autoridad Portuaria de Bilbao estudia abandonar la sociedad Servicios Integrales Vitoria Depot, que impulsa el desarrollo de un ‘puerto seco’ en la terminal ferroviaria de mercancías de Júndiz-Vitoria. La entidad, que tiene una participación del 5%, aduce que no puede seguir en una “sociedad en pérdidas” y a la que “no ve efectos positivos” para el tráfico de la dársena
La Autoridad Portuaria de Bilbao, que preside José Ramón de la Fuente, medita su salida de la sociedad Servicios Integrales Vitoria Depot, que “no logra restablecer su equilibrio financiero” a pesar de la reciente ampliación de su capital en 250.000 euros para retornar lo antes posible a la senda de los números negros. Así lo confirmaron a este periódico fuentes oficiales del organismo portuario, que ya han comunicado a los accionistas su intención de abandonar la citada sociedad, que impulsa el desarrollo de un ‘puerto seco’ en la terminal ferroviaria de mercancías de Júndiz-Vitoria.
La entidad portuaria, que tiene una participación del 5 por ciento en Servicios Integrales Vitoria Depot, argumenta que “una administración pública no puede permanecer en una sociedad en pérdidas”. Esta decisión, que deberá pasar por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, pone en entredicho la opción elegida por el anterior presidente de la dársena, José Ángel Corres, que decidió subirse al proyecto liderado por Marítima Candina -ahora del grupo Bergé- y cinco comercializadoras de transporte por carretera del puerto, con el objetivo de mejorar la posición competitiva del enclave vasco.
Ahora, sin embargo, “la Autoridad Portuaria no ve la utilidad de seguir apostando por el ‘puerto seco’ de Vitoria”, un emplazamiento estratégico que “está aprovechando el puerto de Barcelona para hacer trenes y captar más tráficos”, según apuntaron fuentes del organismo portuario. Como ya adelantó este periódico, Servicios Integrales Vitoria Depot, con fondos propios negativos y un pasivo superior a los 850.000 euros al cierre de 2007, alcanzó en dicho ejercicio una cifra de negocio de 1,17 millones y tuvo unos números rojos de 331.627 euros.
Para intentar salir de esta situación manifiesta de quiebra, los accionistas de la sociedad aprobaron recientemente una ampliación del capital. Sin embargo, según apuntaron las mismas fuentes, la sociedad no termina de tomar velocidad. Para explicar esta comprometida situación, los responsables de la sociedad apuntaron la actual coyuntura, que ha provocado un desplome de la actividad. De hecho, la sociedad, que gestiona una parcela de 25.000 metros cuadrados para depósito de contenedores en la terminal ferroviaria de Júndiz-Vitoria, cerró 2008 con un tráfico de 12.500 contenedores, muy lejos del objetivo fijado al arrancar su actividad, en febrero de 2007, cuando pronosticó un movimiento anual de unos 30.000 contenedores.
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