La dársena catalana, que preside Josep Maria Cruset, mueve casi 1,5 millones de toneladas en las tres primeras semanas de marzo.
El puerto de Tarragona funciona con normalidad “con operativas diarias en casi todos los tráficos de mercancías”, señala un comunicado de la Autoridad Portuaria.
La dársena catalana mantiene tráficos clave como “el abastecimiento de energía, materias primas y agroalimentarios que son esenciales para las personas y las empresas” ante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
El movimiento de mercancías “ha seguido funcionando con normalidad llegando casi al millón y medio de toneladas hasta el día 22 de este mes de marzo”. En graneles líquidos, crudo de petróleo y sus derivados han sido los principales tráficos al contabilizar 933.000 toneladas. Los graneles sólidos sumaron 346.000 toneladas, de las que los cereales, piensos y harinas aportaron más de 120.000 toneladas.
Finalmente, la carga general registró unos flujos de 122.000 toneladas. “Los vehículos y, principalmente, la pasta de papel han hecho crecer este tráfico durante las primeras semanas del mes de marzo”. El puerto de Tarragona movió un total de 3,13 millones de toneladas en marzo de 2019, el 11,3 por ciento más en comparación con el mismo mes del ejercicio precedente. El enclave cerró el pasado ejercicio con un volumen de actividad de 32,8 millones de toneladas y un avance del 2,6 por ciento en relación a 2018.
Tarragona es otro de los puertos que ha puesto en marcha medidas ante el impacto económico provocado por la pandemia. Reducirá el plazo legal de pago de 30 días en un tercio y pagará a sus proveedores en menos de una semana. Recorta así “al máximo el periodo de validación y pago de las facturas para contribuir a inyectar liquidez a las empresas”, destaca el enclave, que preside Josep Maria Cruset.