La terminal portuaria de Cosco y CMA CGM se prepara para operar desvíos de buques procedentes del sur de África y poder recanalizar los tráficos en ‘feeders’ por el Mediterráneo ante la incertidumbre de Suez.
La tensión en el Mar Rojo, con continuos parones y desvíos del tráfico de buques fruto de la amenaza de los terroristas hutíes a las puertas del Canal de Suez, ha abierto un escenario de oportunidad para el Puerto de Valencia.
De hecho, el enclave español, gracias a la potencialidad de sus terminales entre las que destaca la multicliente de Cosco y CMA CGM, va a empezar a recibir buques que han bordeado el Cabo de Buena Esperanza para descargar altos volúmenes en las instalaciones portuarias. Posteriormente los flujos serán redistribuidos en buques de menor porte al resto de puertos del Mediterráneo que se han visto afectados por esta última crisis de la cadena de suministro.
En este sentido, sin cuantificar volúmenes, la Autoridad Portuaria de Valencia, que preside Mar Chao, ha confirmado este extremo, explicando que durante el mes de enero el escenario que se vislumbra va a ser de “incrementos de tráficos de contenedores de transbordo de navieras transoceánicas”, lo que supondrá un crecimiento de la carga manipulada en los muelles.
En este sentido, según la información pública de la Autoridad Portuaria, la terminal de Cosco y CMA CGM tenía previsto recibir un total de 107 escalas de buques durante el presente mes de enero. Durante los diez primeros días del primer mes de año, ya se habían atendidos 36 escalas. Quedan por trabajar 71 buques, un volumen que podría crecer en los próximos días si se admiten nuevas operaciones por parte de las navieras afectadas. La terminal viene operando una media de entre 3 y 4 buques diarios en su línea de atraque de 2,3 kilómetros.
De mantenerse la situación en el Mar Rojo, se prevé un fuerte mes de febrero en los muelles. La previsión actual para la primera semana de febrero en esta terminal es de 14 buques, al cierre de esta edición.
Fuentes portuarias indican que “desde el inicio de la crisis estamos en contacto permanente con navieras para ajustar los servicios portuarios a las necesidades que se puedan presentar”. El objetivo es poder dar servicio al aluvión de buques que se prevé operar de barcos de navieras que estaban atravesando, hasta ahora, el Mediterráneo realizando diversas operaciones de carga y descarga, ya que “van a concentrar operaciones en Valencia para distribuir desde aquí al resto del Mediterráneo”.
Tensión en la cadena de suministro
Desde la Autoridad Portuaria se explica que “con esta operativa se trataría de compensar los retrasos de hasta doce días que supone bordear África, en lugar de transitar por Suez”. El puerto señala que continúa “en contacto permanente con las primeras navieras del mundo para ser los más eficientes al servicio de comercio exterior”.
Por otro lado, operadores logísticos y transitarios consultados por Transporte XXI indican que “hemos vuelto a tener una tensión en la cadena de suministro y tenemos retrasos en la entrega de productos como pueden ser textiles o alimentación”, aunque lo cierto “es que el impacto no es tan intenso como con el accidente del “Ever Given” en 2021, pero esto va a acarrear una nueva toma de decisiones en el ámbito logístico con relocalizaciones”.
Hay que recordar que aquella crisis obligó a las empresas a realizar un proceso de diversificación de sus proveedores y llevar una mejor gestión de los suministros dado que una cuarta parte de los intercambios marítimos que comercializan las empresas valencianas pasan por Suez.
Lo que sí confirman los operadores consultados es el encarecimiento de los precios del transporte marítimo en las dos últimas semanas. El aumento de costes está en el 40 por ciento, con fletes de contenedores procedentes de China que superan los 6.500 euros, una situación que afecta de lleno a las importaciones de productos textiles, confección, electrodomésticos y componentes del automóvil, entre otros.
El aumento de los costes de combustible y la incertidumbre en la zona del Mar Rojo ha activado varios recargos sobre el precio unitario del transporte marítimo de los contenedores al tener que navegar los buques por el cabo de Buena Esperanza y subir por el Atlántico hasta Europa, con un tiempo adicional de 9 días con el norte de Europa y de 12 días entre China y los puertos del Mediterráneo.
Por otro lado, la situación de tensión en el Mar Rojo también está provocando retrasos en las salidas de exportaciones desde Valencia a Extremo Oriente “porque los buques en los que estaban previstos los embarques no han llegado, porque no pudieron pasar por Suez y vienen por el sur de África”, indican transitarios consultados. Y es que “la congestión está, de nuevo, por llegar”, apuntan estos medios, si se mantiene la decisión de las grandes navieras, MSC, Maersk, CMA CGM, Cosco y Hapag-Lloyd, de suspender sus tránsitos por Suez.