El enclave respalda el decálogo europeo “Charter”, impulsado en España por Transprime Spanish Shippers’ Council y Astic, con el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales al volante.
La Autoridad Portuaria de Valencia formalizó ayer su adhesión al decálogo universal “Charter”, un protocolo impulsado por el Consejo Europeo de Cargadores y la Unión Internacional del Transporte por Carretera (IRU), a través de las asociaciones españolas Transprime y Astic, que apuesta por la mejora de las condiciones de trabajo de los profesionales del volante. El enclave se suma a Bahía de Algeciras, primer puerto español que respaldó la iniciativa.
En el marco de la jornada bajo el lema “El Conductor al Frente”, el subdirector general del organismo portuario de Valencia, Néstor Martínez, defendió el papel de los conductores profesionales en la operativa diaria del enclave español. “Los puertos nos convertimos a diario en los principales cargadores y receptores y, por eso, tenemos la obligación de facilitar que el entorno del conductor sea más agradable”, subrayó.
Martínez valoró, en este sentido, la acción integrada de la Marca de Garantía que ”ha mejorado la operativa y su eficiencia y que ha traído una calidad de servicio a los transportistas y sus conductores” en un enclave en el que trabajan a diario una media de 6.300 camiones.
En el transcurso del encuentro se presentó el decálogo “Charter”, un protocolo universal al que las empresas pueden adscribirse, con el objetivo de mejorar las condiciones de los conductores en las zonas de carga y descarga con compromisos para los usuarios del transporte, prestadores del servicio y los propios conductores.
En una mesa redonda, moderada por Javier Miranda, director general de Transporte XXI, Jordi Espín, secretario general de Transprime, explicó que “todos los puertos han reaccionado con entusiasmo a su adhesión al charter” y resaltó que “el conductor es muy importante para nosotros y tiene que ser dignificado”. Espín señaló que “tenemos que repensarnos nuestra relación con el conductor, la carga tiene que estar en el centro y ‘el conductor al frente’, que es el que está mimando la carga”. El objetivo de Transprime es que los principales puertos españoles se adhieran a la iniciativa a lo largo del presente ejercicio.
Por su parte, Ramon Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic y miembro del consejo de presidencia de IRU, puso en valor la iniciativa. “Es un magnífico punto de inicio, colaboración y sinergia porque necesitamos que el movimiento de mercancías sea efectivo y para eso vamos a necesitar conductores, porque de aquí a que veamos el camión autónomo queda mucho tiempo”. Valdivia añadió que “las empresas de transporte estamos para dar servicio y poniendo ‘el conductor al frente’ estamos mejorando la eficiencia y nuestros costes. Es un incentivo para mejorar las cuentas de resultados de todos”.
También participó Manuel Álvarez, vicepresidente de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Trucksters, que explicó el modelo de negocio de la compañía, basado en los relevos de conductores. “Ofrecemos una propuesta de valor para que el conductor tenga una vida muy distinta y hacer un mundo más sostenible”, indicó. La compañía, nacida en una incubadora valenciana, apuesta porque “la carga no pare”, donde “el conductor tiene un peso específico, porque es parte del modelo. Hoy, el discurso empresarial está cambiando, no se habla de la potencia de las tractoras, sino de conductores”, explicó Álvarez.
Junto a la presentación del “charter”, Alberto Blanco, consultor de Geprolog, diseccionó la Certificación de Cargador Responsable (CCR), un sello que avala las buenas prácticas de las empresas cargadoras, “una acreditación que nos indica dónde tenemos que mejorar y dónde se tiene que trabajar”. Blanco explicó que toda la documentación que se viene gestionando en las operaciones de transporte y las características que deberán tener los cargadores para obtener el CCR, apostando por una mayor digitalización y ciberseguridad de los procesos. Ese “sello de excelencia” ya lo tiene la empresa Carburos Metálicos (Grupo Air Products) y se está tramitando con Freixenet, avanzó Blanco. Al mismo tiempo, adelantó que “esperamos una gran ola” para auditar a nuevos cargadores en España. El CCR se tendrá que renovar cada tres años, según los requerimientos planteados desde Transprime.
En este sentido, Jordi Espín señaló que el CCR es una iniciativa española en la que “los cargadores deben acreditar que son éticos y responsables con el CCR, y necesitamos estándares para comprendernos”. Y añadió que “tenemos que abandonar el tópico de que el cargador o transportista son malos y podemos acreditar que tienen buenas prácticas dentro de la cadena de suministro”.
Conciliación y laminación del transporte
Por último, la jornada ofreció visibilidad a varios de los operadores de transporte que vienen trabajando en el puerto de Valencia. Víctor González, presidente de Fetransa, destacó el papel de los autónomos, señalando que “cuando pensamos en el conductor tenemos que pensar que el que envía no va”. González defendió los acuerdos logrados el pasado año con los cargadores en el marco del Comité Nacional y señaló que “están respondiendo al compromiso, pero veremos si en unos años son un punto de inflexión”. Reclamó que la Administración tiene que situar más recursos económicos al sector del transporte por carretera con infraestructuras como zonas de aparcamiento seguro o en la eliminación de las restricciones de tráfico.
Asimismo, Adolfo Romero, director general de Syrtrans, una de las empresas que ya ha respaldado el IRU-Charter, señaló que la iniciativa “está muy alineada con nuestra filosofía, porque es importante. Es la que hace que los conductores se queden. Nuestro reto es atraer talento y mantenerlo”. Romero desgranó todas las iniciativas que lleva Syrtrans en su atención a los transportistas y avanzó que la compañía está preparando un sistema de slots (cita previa) para la carga y descarga en sus instalaciones.
Junto a Romero, Lorena Ballester, directora general de Logística Chema Ballester, incidió en que “debemos tratar al conductor como si fuera el cliente porque esto será el indicador de una buena organización”.
Por último, Carlos Prades, presidente de la patronal FVET, indicó que la falta de conductores que vive el sector “es un problema social y de voluntad de trabajar en la sociedad” y matizó que en la relación entre cargadores y transportistas “priman los intereses económicos, por lo que no me gustaría que el CCR fuera una ISO más”, valorando en positivo la iniciativa de Astic y Transprime.
Prades explicó que “la carga no está en el centro, está arriba de todo, porque ya vemos que hay una clara diferencia a la hora de negociar”, en relación a la posición de muchos cargadores. En cuanto al puerto de Valencia, aplaudió la actitud de la Autoridad Portuaria en el desarrollo de mesas y de aplicaciones tecnológicas, aunque indicó que “al final llegamos al punto de que no podemos atender que todos los viajes se pidan a las 8 de la mañana”. Por ello, el presidente de la FVET solicitó una mayor laminación del transporte para destensar el sistema y el flujo de tensión que vive el transporte portuario.