En el primer semestre, la terminal ferroviaria registró un descenso del 13% en UTIs como resultado del parón de las importaciones.
El puerto seco de Coslada prevé cerrar el presente ejercicio con una caída del tráfico registrado del 10 por ciento. La terminal ferroviaria madrileña finalizó el primer semestre con un descenso del 13 por ciento en el número de UTIs manipuladas, como consencuencia del parón que están experimentando las importaciones
El puerto seco de Coslada estima que finalizará el presente ejercicio con un descenso en su tráfico del 10 por ciento. Hasta el primer semestre del año, el tráfico registrado en la terminal ferroviaria madrileña se situó en 15.341 UTIs, lo que supone una caída del 13 por ciento. Las previsiones prevén reducir parcialmente el fuerte descenso en tráfico registrado hasta julio con la llegada de la campaña de Navidad, que dio comienzo durante el pasado mes de agosto y que se prolongará hasta noviembre. El principal desencadenante del significativo bajón del tráfico en el puerto seco de Coslada se encuentra, sobre todo, “en el parón de las importaciones”, reconoce Carlos Romero, gerente de Conterail, sociedad concesionaria de la explotación del puerto seco madrileño.
La realidad es que “los trenes no vienen llenos porque se está importando mucho menos que el pasado año”, aclara Romero, que también entiende que una parte de esas mercancías que no llegan “han pasado del tren a la carretera”, seguramente como consecuencia de una soterrada guerra de precios como consecuencia de la crisis. En este sentido, especialmente nefasto fue el pasado mes de junio, en el que lejos de mejorar la situación se registró un descenso del 30 por ciento en el movimiento de UTIs. En ese mes de junio, el puerto seco registró un incremento en el número de anulaciones de facturaciones previamente confirmadas superior a los acumulados en los cinco meses anteriores del año, lo que induce a pensar que en ese mes se desviaron muchos tráficos del tren a la carretera.
En cualquier caso, Romero reconoce que se está viviendo una situación de “competencia feroz”. Por corredores, el tráfico entre el puerto seco de Coslada y el puerto de Bilbao se ha reducido drásticamente en los últimos meses, como consecuencia del reajuste de las conexiones procedentes de la dársena bilbaína, que hasta hace unos meses se repartían entre el puerto seco de Coslada y la terminal de Adif de Madrid-Abroñigal. En concreto, Coslada se venía utilizando como punto de llegada de mercancías para el mercado madrileño y Abroñigal como punto de concentración para enlazar posteriormente con Sevilla o Valencia. La reducción en el número de trenes como consecuencia de la caída del import ha penalizado a Coslada, que ha pasado a recibir tres trenes frente a los ocho que venía recibiendo hasta hace unos meses. Además, los tráficos entre el puerto de Barcelona y Coslada también se han resentido.
En este caso, la decisión de la naviera Maersk de convertir a Zaragoza en su hub de carga para el transporte de mercancías por ferrocarril ha venido a reducir las conexiones con Coslada en los últimos meses. Por el contrario, tanto las conexiones con el puerto de Valencia como con el puerto de Algeciras mantienen el tipo. En el caso del puerto andaluz, que retomó los tráficos con Coslada el pasado año, mantiene sus dos trenes semanales con regularidad, mientras que en el caso de la dársena valenciana las conexiones con trenes de 600 metros multiclientes “están funcionando bien”, aclara Romero. Por otro lado, Conterail acaba de obtener la certificación de seguridad y salud en el trabajo conforme a la norma OSHAS 18001 en el puerto seco de Coslada. Esta certificación se suma a las de calidad y medioambiental, ya en poder de la terminal.