La dársena canaria da un paso adelante en su futura expansión con la construcción de los cajones del futuro Muelle de Ribera.
Puertos de Tenerife apuesta por lanzar al mercado el proyecto de Granadilla como el ‘hub energético’ del Atlántico. La dársena, que acaba de dar un paso adelante con la construcción de los cajones del futuro Muelle de Ribera, quiere concentrar allí los graneles sólidos, la reservas estratégicas de petróleo y el negocio de gas natural licuado
Puertos de Tenerife ha dado un paso más en la futura expansión de la dársena de Granadilla con el inicio de la construcción de los cinco cajones que conformarán el Muelle de Ribera, la principal superestructura de proyecto más ambicioso del puerto canario. La ampliación de Granadilla viene progresando desde febrero de 2009 cuando se iniciaron las obras, que están siendo realizadas por dos UTEs y que sufrieron ralentizaciones por temas medioambientales. Las obras de abrigo, que fueron adjudicadas en febrero de 2007 por un importe de 114,6 millones de euros, están a cargo de las constructoras FCC Construcción, SATO y Promotora Punta Larga, mientras que los trabajos del contradique, adjudicados en septiembre de 2008, los llevan a cabo las empresas Dragados, Traysesa y FPS, con un presupuesto de 19,7 millones de euros.
En la actualidad, la obra de abrigo está muy desarrollada con más del 70 por ciento del contradique de 1.000 metros ya realizado y más del 20 por ciento terminado del dique de abrigo de 2.512 metros. De acuerdo a la planificación inversora del puerto que preside Pedro Rodríguez Zaragoza, el coste del nuevo puerto ascenderá a 227 millones, según las previsiones del organismo que destinará 42 millones en 2014 para el pago de obras. El plan de Puertos de Tenerife para la futura nueva dársena ha evolucionado con el paso de los años. Del flamante gran puerto de contenedores diseñado en 1998 por la consultora Sener poco queda.
Se diseñó una doble macro terminal de contenedores de más de 200 hectáreas, cuya idea inicial se reduce en julio de 2004 a una terminal de 80 hectáreas que se vuelve a minimizar en enero de 2005 a una instalación de 26 hectáreas con un muelle de 650 metros y una rampa para carga rodada. Tras la apuesta por ubicar en Santa Cruz una nueva terminal de contenedores por parte de la UTE formada por los grupos OHL y Dávila, el presidente de Puertos de Tenerife reconocía recientemente que “Granadilla ha tenido un retraso: ha perdido el tren de los contenedores, y ese tren no se recupera fácilmente”, por lo que hoy se desconoce cuál será el uso de la futura línea de atraque del Muelle de Ribera El puerto quiera ahora potenciar en Granadilla la implantación de tráficos de gas licuado gracias a futura regasificadora que junto al puerto construye Gascan con una inversión de 270 millones.
La planta estará lista en 2016. Otro de los objetivos es la ubicación de tráficos de graneles sólidos, así como las reservas estratégicas de petróleo. El objetivo es concentrar las industrias de transformación en el sur de la isla. Tras haber perdido el tren de los contenedores la opción energética para Granadilla “es hoy la única alternativa razonable”.