La actividad económica de los puertos y terminales portuarias y sus clientes requieren un mayor intercambio de datos, que se espera acelere la pandemia mundial.
La industria portuaria ha analizado su capacidad de colaboración con los cargadores y sus posibilidades de aportar a sus clientes el nivel adecuado de innovación digital para mejorar la eficiencia y facilitar el comercio. La COVID-19, continuo referente en todos los aspectos de la actividad económica, se ha presentado como un muy posible catalizador y acelerador para la puesta en juego de formatos digitales comunes en la cadena de suministro que podrían facilitarse por medio de sistemas de tipo blockchain.
Así se puso de manifiesto entre los participantes del evento telemático organizado ayer por la International Associaton of Ports and Harbors (IAPH), en el que participaron autoridades portuarias, representantes de empresas clientes de los puertos o de asociaciones de cargadores.
El intercambio de datos e información entre empresas de servicios (puertos o terminales) y sus clientes (cargadores, armadores o transitarios) se antoja un asunto complejo para unos y otros. A los primeros porque resulta difícil acomodarse a las necesidades específicas y puntuales de decenas de clientes distintos, a los segundos porque les resulta complejo compartir numerosa información con demasiadas empresas de servicios.
Para Andrew Gillespie, director de Logística Global de Ansell Limited, uno de los grandes productores de protecciones plásticas para la industria y la sanidad, “lo importante es que seamos capaces de compartir información, el asunto es mejorar nuestros respectivos negocios. No hay que olvidar, que las empresas cargadoras se deben relacionar con puertos, terminales, transitarios, almacenistas…”.
Por su parte, Jordi Espin, secretario general de Transprime y del Consejo Europeo de Cargadores, recordó que “desde el Consejo nosotros servimos a todos los cargadores, grandes y pequeños y, por supuesto, la relación con los puertos es siempre imperfecta, pero ellos manejan nuestras cargas y vemos que no tenemos muchas opciones. Así que nuestra relación debe ser siempre la de construir”.
Para el director de la Autoridad Portuaria de Georgia, Estados Unidos, la voluntad es evidente, “el 91 por ciento de nuestros clientes son más pequeños que el movimiento de 100 TEUs al año y representan el 63 por ciento de nuestro negocio. Por tanto, debemos asegurarnos de dar una buen servicio a cada uno”, aunque como se reconoció, no se puede especificar en exceso con cada cliente en medidas que sean completamente distintas a las de otro.
“El puerto de Barcelona sirve a centenares de clientes en un área geográfica de gran movimiento, de alto consumo y competencia. Y los productos manipulados son estratégicos en lo local, lo nacional y la exportación” señaló Santiago García-Milá, subdirector general del Puerto de Barcelona. También recordó que “hace 20 años ya nos reunimos y decidimos dividir las actividades de nuestros clientes en seis cluster principales que agrupan todas las actividades del puerto. Con ellos nos reunimos y decidimos cuáles serán nuestras líneas de actuación en lo logístico y en las infraestructuras”. Para terminar, García-Milá recordó que “nosotros debemos construir las infraestructuras que demande el mercado, porque los puertos españoles son entidades neutrales ante una u otra actividad. Pero lo cierto es que no es sencillo”.