El operador transportó el pasado año un total de 1,43 millones de toneladas por ferrocarril, en ancho ibérico, lo que supone un ahorro de emisiones de casi 51.600 toneladas de CO2.
El operador logístico ferroviario Railsider, participado por el grupo Algeposa (51 por ciento) y Renfe Mercancías (49 por ciento), reafirma su apuesta por la sostenibilidad, como lo corrobora la Huella de Carbono 2021. Una acreditación enviada por Renfe Mercancías, que es la que certifica el cálculo conforme a las normas ISO 14067, EN 16258 y el folleto R330 de la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC).
Los datos de movimiento de mercancías por vía ferroviaria realizados por el grupo avalan su compromiso con la descarbonización. La empresa, a través de sus dos filiales, Railsider Atlántico y Railsider Mediterráneo, transportó el pasado año un total de 1,43 millones de toneladas por ferrocarril, en ancho ibérico.
Esta cifra supone un ahorro de emisiones de casi 51.600 toneladas de CO2 equivalente, en comparación con el mismo tráfico realizado por carretera, según explicaron a este periódico responsables del operador.
En concreto, la empresa Railsider Atlántico, con sede central en la localidad guipuzcoana de Irún, junto a la frontera con Francia, movió 906.230 toneladas netas por tren durante 2021. El 83,7 por ciento del tráfico se realizó mediante tracción eléctrica, “cuya energía proviene de fuentes renovables con certificado de garantía de origen y emisión cero de CO2”, añadieron los mismos interlocutores.
Así las cosas, la huella total de carbono en el ciclo Tank to Wheel (TTW), concepto que hace referencia a la eficiencia del vehículo, desde que se carga de combustible hasta que este se transforma en energía mecánica, ascendió a 2.926 toneladas de CO2, lo que da como resultado una huella media unitaria por unidad de tráfico en el mismo alcance de 6,07 gramos de CO2 equivalente por kilómetro, según se recoge en el certificado.
Por su parte, Railsider Mediterráneo, con sede en Valencia, transportó por ferrocarril 524.130 toneladas netas a lo largo del pasado año. El 99,3 por ciento del tráfico se realizó mediante tracción eléctrica. Conforme a las normas ISO 14067, EN 16258 y el folleto R330 de la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), la huella total de carbono en el ciclo Tank to Wheel ascendió a 51,1 toneladas de CO2, dando como resultado una huella media unitaria por unidad de tráfico en el mismo alcance de 0,26 gramos de CO2 equivalente por kilómetro.
Certificado sostenible
La norma internacional ISO 14067 especifica los principios, requisitos y directrices para la cuantificación, total o parcial de la huella de carbono durante su proceso o ciclo de vida, lo que representa la contribución potencial de un producto al calentamiento global, expresada como CO2 equivalente. La norma europea EN 16258, sin embargo, establece la metodología para la estimación y declaración del consumo de energía y de las emisiones de gases de efecto invernadero en los servicios de transporte de mercancías y pasajeros. Por tanto, el certificado reporta la huella de carbono total y unitaria generada por el servicio de mercancías completo y el ahorro de emisiones, que recoge los KPI específicos para el ferrocarril, complementarios con GRI y entre los que destaca la energía de tracción, apuntan desde Railsider.
Además, al transporte en ancho ibérico hay que añadir las conexiones en UIC, que realiza Railsider con diversos países europeos como Francia, Italia, Bélgica, Alemania, Suecia, Países Bajos o Austria, entre otros.
Automatización
Dentro de las iniciativas en marcha para reforzar su apuesta por la sostenibilidad también destaca el desarrollo de un sistema para el control y seguimiento automático de su flota de vagones. Este sistema permite conocer en tiempo real la información relativa a las rotaciones de los inmovilizados, las cargas que transportan e incluso las fuerzas soportadas en los trayectos, lo que “ofrece una completa transparencia en el tracking y estados de las mercancías de cada cliente”, según indicaron desde el grupo.