La Comisión de Fomento en el Senado acaba de aprobar una ponencia en la que critica la política del Gobierno de Zapatero para el ferrocarril de carga. El informe de la Comisión, que aún tiene que ser aprobado por el Pleno de la Cámara antes de ser enviado al Ejecutivo de Zapatero, es claro y conciso a la hora de poner negro sobre blanco la crítica situación que atraviesa el transporte de mercancías por ferrocarril en España. Y, lo que es más importante, propone al Gobierno la adopción de una serie de medidas para sacar del agujero a este modo.
En el análisis de la situación aborda sin ‘pelos en el bolígrafo’ los principales problemas del ferrocarril. En concreto, pone en la picota el nuevo modelo de gestión de Renfe Mercancías, que en su loable objetivo de alcanzar los nuevos negros sólo ha sido capaz de subir los precios y recortar tráficos, sobre todo en el intermodal, olvidándose de diseñar una oferta atractiva para captar clientes a la par que competitiva con el camión, que es quien marca el precio. También exige la Comisión la creación de un organismo regulador independiente para velar por la transparencia en el negocio.
La Comisión de Fomento denuncia las dificultades de las empresas privadas para acceder al mercado, donde Renfe mantiene el monopolio a pesar de que la liberación se puso en marcha hace tres años. Y, por último, cuestiona la filosofía de PEIT, asegurando que la carga tiene que ir por la red convencional y no por las líneas de altas prestaciones, que han de dedicarse “principalmente” para el tráfico de pasajeros.
Este es el recado que manda el Senado al Gobierno, amén de unas recomendaciones para invertir la situación, entre las que destacan la aprobación de incentivos fiscales para este modo y dotar a Fomento de una estructura más adecuada para impulsar al sector. El Senado ha hecho un buen trabajo con esta ponencia. Sólo hace falta que el Gobierno tome note y que por una vez sorprenda la sector.