Carretera  | 

Rechazo a la “imposición” de la electrificación

Astic, CETM y UNO se alinean a favor de la neutralidad tecnológica y en contra de la intención de la CE de establecer la compra obligatoria de vehículos eléctricos en el transporte.

La imposición de la compra obligatoria de vehículos eléctricos de batería que propone la Comisión Europea, como parte de la estrategia de electrificación del transporte por carretera, ha provocado el rechazo unánime del sector. Las patronales Astic, CETM y UNO se alinean a favor de la neutralidad tecnológica y en contra de esta decisión de Bruselas.

La última organización en pronunciarse ha sido UNO, que ha alertado sobre una imposición de este tipo, que “podría generar graves consecuencias para las empresas del sector, especialmente las pymes, al aumentar los costes operativos y dificultar la renovación de flotas”. Por eso, la patronal logística reclama al Gobierno español que rechace esta imposición de Bruselas.

El presidente de UNO, Francisco Aranda, recuerda que “actualmente no disponemos de camiones eléctricos que puedan ser utilizados en todas las operativas, ni de incentivos económicos adecuados, ni de una infraestructura de recarga suficientemente desarrollada”. Por este motivo, desde UNO apuestan por una transición energética “con una visión más amplia, que respete el principio de neutralidad tecnológica e incluya todas las opciones posibles para ser más justa con las empresas y la sociedad, y no sólo para ricos”.

Las patronales del sector se alinean a favor de la neutralidad tecnológica.
Las patronales del sector se alinean a favor de la neutralidad tecnológica.

A su vez, Astic ya avanzó que considera que la medida persigue crear un mercado automotriz europeo artificial vía normativa, lo que tachan de “inaceptable y totalmente inconveniente”. Además, en la patronal española de transporte internacional recuerdan la ausencia de diálogo efectivo con los operadores de flotas, lo que podría dar lugar a medidas que “lejos de facilitar la transición, creen resistencia y consecuencias económicas negativas, como por ejemplo alargar aún más la vida de los parques rodantes existentes”.

La patronal que preside Marcos Basante recuerda también que imponer costes adicionales a las empresas de transporte sin complementar la medida con incentivos, infraestructura y apoyo financiero puede generar efectos colaterales adversos, afectando a la competitividad del sector y, por tanto, a toda la economía de la UE. Para Astic, la transición hacia un transporte sostenible requiere un paquete integrado de políticas que abarque desde la innovación y el desarrollo tecnológico hasta el fortalecimiento de la demanda a través de incentivos y mejoras en la infraestructura.

Libertad de elección

Por su parte, CETM también ha mostrado su malestar, recordando que se deber respetar que las empresas del sector tengan la libertad de elegir la tecnología más adecuada para sus necesidades operativas. Además, “no se puede obligar a las empresas de transporte a optar por una solo tecnología, la eléctrica, cuando es evidente que los camiones eléctricos no están preparados para realizar largos trayectos sin tener que recargar y la infraestructura de recarga es notablemente insuficiente”, afirman.

La apuesta de la patronal que preside Ovidio de la Roza por el uso de otras alternativas como los combustibles renovables es clara, puesto que “permitirían a los transportistas utilizar la flota actual”, lo que facilitaría “la transición hacia un transporte más sostenible sin las dificultades que supone actualmente la electrificación y sin tener que realizar fuertes inversiones cuando no está asegurada su utilización y rentabilidad futura”.