Las palmaditas en la espalda y los aplausos están muy bien, pero el sector necesita un plan de medidas específico
El Día Europeo de la Logística, coincidiendo con el tercer jueves de abril, cobró este año un significado especial, debido a la pandemia del Covid-19. Un momento idóneo para premiar la ‘excelencia’ en la gestión de la Cadena de Suministro. Y es que en estos momentos tan complicados, todos los profesionales del sector son más imprescindibles que nunca.
Incluyo en el saco a los transportistas, que siguen pidiendo su propio ‘Día Internacional’ para ganar visibilidad. El merecido reconocimiento de la sociedad a su ímproba labor podría ser el empujón definitivo para que cuajara esta iniciativa, impulsada desde hace años por la Asociación Internacional del Transporte por Carretera (Astic), integrada en la IRU. La patronal, que cuenta con el apoyo de un sinfín de organizaciones internacionales, fija esta cita para el 19 de diciembre. No es una fecha al azar. Coincide con la Resolución de la ONU, en el año 2014, referente a la contribución de los corredores de transporte y tránsito a la cooperación internacional para el desarrollo sostenible. Queda tiempo para lograr el objetivo.
No es un tema menor. Como se está demostrando día sí, y otro también, los transportistas siguen conectando a empresas con proveedores y clientes, manteniendo las importaciones y exportaciones, y contribuyendo de esta manera a sostener la actividad productiva del país. El propio ministro del ramo escribió una carta abierta de reconocimiento a todos los trabajadores por su labor. Nada que no hicieran antes y que seguirán desarrollando el tan esperado ‘día después’. Eso sí, si el coronavirus no termina llevándose por delante a una industria que ya está empezando a sufrir la falta de actividad, provocando que muchas empresas vean peligrar su viabilidad.
Las palmaditas en la espalda y los aplausos están muy bien, pero el sector necesita un plan de medidas específico. El ministro Ábalos debería tomar buena nota. El transporte es uno de los pocos sectores que no se puede permitir el lujo de parar.