Mirar sin ver  | 

Redes sociales

Dentro de la cadena de suministro estamos en plena espiral de suprimir el contacto humano por asépticos mensajes

No vamos a negar que las redes sociales llegaron, están aquí y probablemente, persistirán al tiempo. Digo probablemente, porque veo muchas lagunas en donde ponemos la línea que separa controlarlas y que ellas nos controlen a nosotros. Nos ayudan en muchas facetas, no tanto en otras y es posible que seamos nosotros los responsables, por el mal uso que hacemos de ellas, quizás por caer en la tentación de un par de los pecados capitales, la pereza y la soberbia.

Dentro de la cadena de suministro, donde los logistas desarrollamos nuestras diferentes profesiones, nos apoyamos en esas redes. El problema viene cuando se nos olvida que están para ser usadas “además de” y no “en lugar de”. A ver si soy capaz de explicarme, porque estamos en plena espiral de suprimir el contacto humano por asépticos mensajes de cualquier red, dejando de lado que vendemos servicios, servicios que compran otros seres humanos. Seres humanos que, además de avances tecnológicos y digitales, esperan imaginación, creatividad, empatía, intuición, ética y conciencia. Cuando todo fluye sin problemas, nadie se acuerda. Cuestión bien distinta es en el momento que alguna de las partes del servicio no está satisfecha material o espiritualmente y pasamos a aquello de que “cuando no hay harina, todo es mohína” y la cadena se parte por el eslabón más débil, que viene siendo el operador logístico que no ha estado atento a tener silla en el momento que ha parado la música y la Espada de Damocles de clientes y algún proveedor, pesa sobre su cabeza. Tan solo un sencillo ejemplo que es demasiado habitual.

Se vienen pidiendo/recibiendo cotizaciones de precios a través del WhatsApp y cuando llega el conflicto, la prueba a aportar en un simple pantallazo, porque no hay otra. Un pantallazo cuya falsificación, tanto de contenido como de emisor/receptor es tan simple, como leer un tutorial en un par de minutos. Me imagino presentando ese argumento en un juicio. La tecnología sirve bien y manda mal. “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad” (Albert Einstein).

Miguel Rocher

mrocher@operinter.com