Firmas independientes sitúan en más de 2.800 millones el valor del histórico operador postal público, mientras que los trabajadores podrían asumir el 10% del capital social.
El Gobierno británico privatizará el histórico correo Royal Mail sacando a Bolsa una participación mayoritaria. Firmas independientes han valorado el operador público en más de 2.800 millones de euros, mientras que el Ejecutivo británico planea que los 150.000 empleados puedan sumar conjuntamente el 10 por ciento del capital social
El Gobierno británico planea vender una participación mayoritaria del operador postal público Royal Mail a través de una oferta pública de venta (OPV). De concretarse la operación, se convertiría en una de las mayores privatizaciones que ha vivido el Reino Unido en las últimas décadas. La cuantía de la oferta será modulada por las condiciones del mercado, la demanda de los inversores y el objetivo del Gobierno británico de repercutir valor para el contribuyente, según señaló el secretario de Estado para Negocios, Vince Cable, en el Parlamento.
La venta forma parte del plan promovido por el Gobierno de coalición británico para privatizar activos públicos como parte de un esfuerzo para reducir el tamaño del déficit presupuestario nacional. “Ha llegado la hora de que el Gobierno salga de Royal Mail y permita a su consejo de administración centrarse de lleno en el crecimiento del negocio y en los planes de futuro. Es la hora de que los trabajadores retengan una parte de capital de la compañía y participen en una historia de éxito”, apuntó Cable. Según los planes del Gobierno de Cameron, la venta dará lugar al mayor escenario de propiedad de acciones en manos de trabajadores que se haya dado en cualquier proceso de privatización en Gran Bretaña en los últimos 30 años, con unos 150.000 empleados de Royal Mail que son elegibles para recibir acciones de manera gratuita. En total, se calcula que los empleados podrían sumar un 10 por ciento del capital social de la compañía.
Por su parte, entidades financieras independientes, como la firma Dealogic, se han apresurado a valorar la OPV de Royal Mail en más de 2.800 millones de euros. Con estas cifras superaría ampliamente la privatización de la compañía de defensa Qinetiq Group en el año 2006, y rondaría la del operador público de ferrocarril Railtrack en 1996. Goldman Sachs, UBS, Barclays Bank y Merril Lynch participarán en la coordinación global y como agentes de estructuración y colocación. “Creo que habrá un respaldo amplio acerca de como el país va a modernizar sus servicios públicos, atrayendo inversiones hacia el sector y teniendo la seguridad de que el 10 por ciento de las acciones irán a parar a los empleados de Royal Mail”, manifestó el primer ministro David Cameron en el Parlamento.
A su vez, Cable señaló que la venta permitiría a Royal Mail recibir una inyección de fondos por parte del sector privado y salvaguardar así el servicio universal, en el que efectúa envíos seis días a la semana por una tarifa fija a más de 29 millones de domicilios. Las compañías de mensajería han perdido el 25 por ciento del negocio en la última década en favor del correo electrónico en el Reino Unido. Para el Gobierno está claro que “el negocio de Royal Mail está decayendo y está en peligro de perder su mandato de servicio universal. Ahora estamos proporcionándole herramientas para competir y tener éxito empresarial, que es algo que redundará en un beneficio para el país y para sus empleados”, apuntó Cable.
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Comunicación, Billy Hayes, aseguró que “Royal Mail proporciona beneficios, se ha modernizado y puede tener éxito como compañía pública”. “El público -añadió- no desea su venta, ni tampoco lo desean trabajadores y clientes”. Mientras, desde la oposición en el Parlamento consideran que “hay señales claras que indican que esta valorada institución nacional se está malvendiendo, a un precio muy barato, para poder proveer rápidamente de fondos a aquéllos cuya estrategia económica ha resultado fallida”, afirmó el portavoz de Negocios laborista, Chuka Umunna.