El aumento del 3% en la facturación en 2013, lejos del incremento del 12,5% en toneladas.
Renfe Mercancías mantiene su política de ‘huida hacia adelante’ de los últimos años a la espera de que se concrete la entrada en su capital del nuevo socio industrial que planea el Ministerio de Fomento. El crecimiento del 3 por ciento en la cifra de facturación en 2013 quedó lejos del incremento del 12,5 por ciento en toneladas realizadas
Renfe Mercancías incrementó sus ingresos por tráfico el pasado año 2013 hasta los 221 millones frente a los 214,3 del año anterior, lo que supuso un crecimiento del 3 por ciento. Sin embargo, el incremento de la actividad, es decir las toneladas realizadas en 2013, se situó en el 12,5 por ciento, según datos de la UIC. Por tanto, “el crecimiento de la facturación está bastante por debajo del aumento del tráfico, lo que induce a pensar, una vez más, en la reducción de precios en los servicios de transporte ferroviario de mercancías por Renfe”, han señalado a este periódico fuentes del sector.
Bien es cierto que “se puede matizar algo, pero poco, con el mix de servicios vendidos”. En este sentido, las mismas fuentes denuncian que “Renfe Mercancías no debería vender por debajo de los costes que tiene, pues el efecto es letal en su cuenta de resultados”. O dicho de otro modo, la pública “no puede seguir con esa política suicida de ‘huida hacia adelante’ en las mercancías, fiándolo todo a la llegada de un nuevo socio industrial”.
PÉRDIDAS MILLONARIAS
Pese a que el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, ha centrado sus manifestaciones públicas en los últimos días en los buenos resultados en la actividad de viajeros y la alta velocidad, lo cierto es que Renfe Mercancías cerró las cuentas del ejercicio 2013 con unas pérdidas de 76,9 millones de euros. La pública ha matizado que entre esas pérdidas se contabilizan 3 millones de euros en negativo como consecuencia de los resultados de las filiales Irion, Multi y Contren, amén de otros 12,2 millones en pérdidas por la integración de FEVE.
Las pérdidas del pasado año en mercancías, aún descontando el efecto de la dificultosa digestión de FEVE, son mucho más importantes que las declaradas en 2012, ejercicio en el que se elevaron a 46 millones de euros. Si bien es cierto que estas pérdidas fueron puestas en entredicho en su momento por los operadores ferroviarios privados, que consideraban que estaban “maquilladas con el cambio de criterio de amortización de activos realizado por Renfe y la revalorización de participaciones financieras”. De hecho, los 46 millones de euros de pérdidas reconocidas por Renfe en 2012, eran un 55 por ciento inferiores a la realidad contable, según puso de manifesto en aquel momento la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP).
Renfe Mercancías se constituyó a comienzos de año como filial del operador ferroviario público, con un valor de 377 millones de euros y un pasivo de 326 millones. La compañía, que cuenta con unos 1.700 trabajadores, tiene previsto volver a perder otros 86 millones de euros en el presente ejercicio 2014. Mientras, Fomento sigue trabajando para abrir el accionariado de la compañía a un socio industrial, para conseguir “aumentar su tamaño y su músculo” y poder competir “con el transporte por carretera”, según señaló Gómez-Pomar.
La favorita para aterrizar en Renfe Mercancías es la DB alemana, aunque también estarían interesadas la SNCF francesa y la rusa RZD, según fuentes del sector. Ocho años después de la liberalización del transporte de mercancías por ferrocarril, Renfe Mercancías aún controla una cuota de mercado del 78 por ciento (sobre un mercado total cercano a 21.000 millones de toneladas kilómetro), mientras que Transfesa Rail -en manos de la DB alemana- cuenta con un 7 por ciento y el restante 15 por ciento se reparte entre los operadores privados.