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Ros duplica capital de su terminal de Sagunto, pero las obras están paradas

Baraja trasladar el proyecto Brava al sur de Álava, junto a Arasur.

Ros Casares ha realizado una ampliación del capital de la sociedad Terminal Polivalente Portuaria de Sagunto, que deberá explotar una terminal de productos siderúrgicos en la segunda dársena del puerto de Sagunto. La terminal tiene como misión permitir dar salida y entrada por mar al suministro de materias primas y a la producción del mayor proyecto siderúrgico en la historia de la Comunidad Valenciana, liderado por Ros Casares, el Brava Steel, con la construcción de una planta de laminación de chapa y bobinas en una parcela, ya adjudicada en Parc Sagunt, de 387.299 metros cuadrados.

Una inversión gigantesca de 569 millones de euros que generará 700 empleos directos y una producción de dos millones de toneladas anuales de chapa gruesa y bobina caliente. La ampliación realizada, íntegramente desembolsada, ha duplicado el capital de la mercantil, formada por el grupo metalúrgico y el Banco de Valencia, elevando los fondos a 2.400.000 euros. Esta decisión vendría a confirmar que Ros Casares mantiene su apuesta estratégica por el puerto de Sagunto ante varias informaciones aparecidas en diversos medios de que el grupo estaría en conversaciones con la Diputación de Álava para el asentamiento del proyecto Brava al sur de la provincia vasca, junto a la plataforma logística Arasur.

Fuentes solventes matizan que el grupo metalúrgico “estaría presionando con esas informaciones para que avancen algunos trámites burocráticos” que impiden por el momento su asentamiento en Parc Sagunt, como son la autorización medioambiental y la licencia de obras. Dos problemas que se suman a la falta de infraestructuras del parque así como a la importante bajada de actividad y la crisis que vive el sector siderúrgico. Mientras Ros Casares mantiene un hermético silencio y ni confirma, ni desmiente, las informaciones publicadas, lo cierto es que las obras de la futura terminal polivalente, adjudicadas en julio de 2008 a la constructora Sacyr, por un importe de 36 millones de euros y un plazo de ejecución de catorce meses, no han empezado.

Fuentes de la Autoridad Portuaria de Valencia señalaban a este periódico que “antes de que venciera el plazo que marca la concesión para iniciar las obras solicitaron un aplazamiento en la ejecución de las obras del muelle y están en ese periodo”. La terminal de Ros Casares deberá tener una línea de atraque de 515 metros, con un calado de 16 metros. El compromiso de Ros Casares era manipular un millón de toneladas en el segundo año de actividad, 1.300.000 toneladas en el tercer año y 1.700.000 toneladas en el cuarto año, así como dos millones en el quinto año y siguientes.

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