Prosigue la racionalización de las antiguas empresas públicas postales. Royal Mail, el correo británico, anuncia un programa de reducción de estructura y de plantilla para adaptarse al nuevo mapa postal, libre de monopolios. El pasado 21 de marzo, la empresa pública británica abubció uno de los “más importantes programas de cambio de la historia del correo en el Reino Unido. Se introducirán nuevas formas de entrega, diseñadas para permitir a los empleados responder a los cambios en la demanda (menos cartas y más paquetes).
Esto implicará la reducción de centros postales, y hasta el cierre de la mitad de las 64 oficinas operativas en 2016”. El operador afirma que “el número de envíos postales debería reducirse a la mitad entre 2006 y 2014”. Otra de las consecuencias de la reducción de la demanda será el despido de 3.500 trabajadores, entre los que se incluyen 1.000 directores de línea y 1.700 directores de oficina. Sólo en Londres se perderán 751 puestos de trabajo.
Royal Mail asegura que todos los despidos procederán de retiros voluntarios. Por tanto, parece que Royal Mail se dispone a centralizar sus operaciones en un número menor de centros postales más grandes. La empresa seguirá invirtiendo en centros de clasificación claves, como Mount Pleasant en el centro de la capital. Sin embargo, el resultado final será una reducción drástica de la capacidad operativa de la compañía.
La ley de privatización de Royal Mail fue aprobada en la Cámara de los Comunes el pasado mes de enero. El negocio local de la empresa postal se convertirá en una organización de propiedad mutua, mientras que el resto de la empresa será vendida. Entre los compradores potenciales se encuentran fondos privados de inversión especializados, aunque también se baraja la posibilidad de crear una nueva empresa con otras compañías postales europeas.
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