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Saltan todas las alarmas en Navistar

El endeudamiento y los malos resultados del último trimestre preocupan a los analistas.

Unas pérdidas netas de 374 millones de dólares, más del doble de las registradas hace un año, los altos costes de las garantías de los motores fabricados entre 2010 y 2011 y un mercado a la baja han hecho saltar todas las alarmas sobre la viabilidad de Navistar, el constructor estadounidense de vehículos industriales

Navistar, el constructor estadounidense de vehículos industriales, cerró el segundo trimestre de su año fiscal en curso con unos ingresos de 2.500 millones de dólares (unos 1.865 millones de euros), lo que supuso una caída del 23 por ciento respecto al mismo período del ejercicio anterior, con unas pérdidas netas de 374 millones de dólares, más del doble de las registradas hace un año. Aunque es cierto que la demanda de camiones se ha contraído un 18 por ciento en Estados Unidos, los resultados financieros de Navistar han preocupado a muchos analistas, que habían previsto que el volumen de negocios de la compañía en ese trimestre hubiera llegado a los 2.800 millones de dólares.

Además, según señalan los mismos interlocutores, Navistar ha perdido penetración en el mercado, seguramente debido al gran desastre padecido al tener que abandonar el pasado verano sus motores que pretendían llegar a las normas EPA 2010, equivalentes a nuestras Euro 6, sólo con recirculación de los gases del escape, sin AdBlue. Precisamente, el coste de las reparaciones en período de garantía de muchos de esos motores fabricados entre los años 2010 y 2011, está suponiendo una carga muy importante para las finanzas de Navistar, amén de erosionar continuamente la imagen de sus vehículos.

La gerencia de Navistar, ahora al mando de Troy Clark, ha expresado su confianza de poder llegar al 18 por ciento de penetración en el segmento pesado (Clase 8) para finales del ejercicio, pero lo cierto es que al cerrarse el segundo trimestre fiscal sólo controlaba el 15 por ciento. Los expertos creen que la demanda de camiones podría recuperarse en Estados Unidos en lo que resta de año, pero subrayan que Navistar ya no cuenta con los importantes ingresos que antes le reportaba su división de vehículos militares, debido a las restricciones presupuestarias del gobierno de Obama.

De hecho, la división de Defensa de Navistar acaba de anunciar que cerrará sus instalaciones de West Point, en el estado de Mississippi, donde serán despedidos sus 80 empleados. Lauren McFarland, portavoz de la compañía, indicó que había sido necesario tomar esta medida a raíz de las restricciones presupuestarias federales que entraron en vigor el 1 de marzo y porque la retirada de las tropas de EEUU de Afganistán también había contribuido a cambiar radicalmente las perspectivas de Defensa. Las instalaciones de West Point fueron inauguradas hace sólo 5 años para fabricar el modelo MRAP de Navistar, un vehículo blindado resistente a las minas y otros explosivos para el transporte de tropas que era enviado a Irak y Afganistán. Con el paso del tiempo, también se habían empezado a fabricar allí ambulancias y camiones grúa blindados, alcanzándose un máximo de actividad hace tres años. El fabricante estadounidense está intentado abrirse a nuevos mercados, como China o Brasil, apoyándose en su modelo AeroStar, que ha sido expuesto en salones del transporte celebrados recientemente en ambos países.

El AeroStar, un nombre que en su momento ya fue utilizado por Ford para designar también una tractora con cabina chata, se ha empezado a construir ya en Brasil en una nueva factoría levantada en la ciudad de Canoas, en el estado de Río Grande del Sur. Se trata del primer vehículo fabricado por Navistar en Brasil sin la participación de su tradicional socio local, Agrale, otro constructor de camiones. Aunque China y Brasil sean mercados con un gran potencial y con elevado nivel de ventas en este momento, Navistar tiene problemas acuciantes, como el peso de su fuerte endeudamiento, que asciende a 6.000 millones de dólares. Los expertos creen que los 1.000 millones de dólares de liquidez de que dispone el fabricante Navistar le otorgan unos trimestres de margen, pero no demasiados, y muchos coinciden en afirmar que los resultados de la segunda mitad del ejercicio fiscal de la estadounidense serán cruciales para que Navistar conserve alguna esperanza de supervivencia.

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