Cada vez son más los adeptos que se han apuntado al ‘mantra’ de la recuperación, como si a fuerza de repetirlo podría convertirse en realidad. Se ha pasado de los ‘brotes verdes’ al “ya se ve la luz al final del túnel”. Y es que parece que hay prisa por escenificar un cambio de ciclo y una mejoría de la economía.
Es cierto que España dejó atrás la recesión en 2013. Sin embargo, las previsiones para el conjunto del año siguen mostrando una caída del PIB del 1,3 por ciento, con el consumo y la inversión aún en negativo, y las exportaciones como única alegría.
Los últimos datos de Fomento sobre el mercado del transporte por carretera, un buen termómetro de la economía, también muestran síntomas de mejoría que invitan al optimismo moderado.
El sector ha logrado frenar la sangría del cierre de sociedades, una constante en los últimos años, y cierra el año con cerca de 1.500 empresas más y un aumento de la flota del 2 por ciento, que las patronales vinculan a la entrada en vigor de la normativa Euro 6, que ha adelantado las compras de camiones para poder hacer la renovación con vehículos Euro 5, más baratos, y no al aumento de la actividad, propiamente dicha.
De hecho, las toneladas transportadas, pese a llevar dos trimestres consecutivos de aumento (segundo y tercer trimestre), lo que refleja un repunte de la actividad, acumulan una caída del 13 por ciento hasta septiembre.
Una estadística a años luz de los niveles anteriores al estallido de la crisis, por lo que el panorama sigue siendo complicado. No es de extrañar, por tanto, que el sector se muestre cauto y asegure de forma contundente que “el transporte por carretera sigue en crisis galopante”.
El reto, sin duda, es que este cambio de tendencia se consolide en el tiempo y se empiece a percibir a pie de calle. De momento, aún es pronto para poder hablar de recuperación, por mucho que se quiera recibir con una alegría renovada al nuevo año.
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