El Ayuntamiento insta a rebajar el ruido del paso de camiones y el ADIF mantiene silencio sin estudiar alternativas a la estación.
El alcalde de Silla mantiene la Espada de Damócles en su batalla abierta contra Fomento para cerrar la terminal ferroviaria emplazada en la localidad valenciana. Tras no conseguir su cierre por el argumento de que la terminal almacenaba mercancías peligrosas, el socialista Francesc Baixauli ha enviado otro ultimátum al ministerio de Magdalena Álvarez y ha anunciado el cierre de la terminal en un plazo de 40 días (a contar desde el pasado 21 de noviembre) si la terminal ferroviaria no rebaja sus niveles acústicos.
El alcalde basa su nuevo decreto en un estudio de impacto acústico ambiental encargado por el consistorio. El estudio ha analizado mediciones realizadas durante 48 horas en las zonas próximas a la terminal de contenedores, señalando que ésta supera en casi 20 decibelios los límites sonoros permitidos. De esta forma, el alcalde se ha agarrado a varios artículos de la ley autonómica de protección contra la contaminación acústica, en la que se señala que la administración puede ordenar la suspensión inmediata del funcionamiento de una fuente perturbadora, hasta que se corrijan las deficiencias existentes.
Una situación que el ADIF tiene complicado dada la cercanía de la central con las viviendas (25 metros) y en el hecho de que la fuente perturbadora no es otra que el paso de camiones tanto de entrada como de salida de la terminal. Al cierre de esta edición, el Ayuntamiento había dado un plazo de diez días para que el ADIF, que mantiene su silencio sin estudiar alternativas a la terminal, aporte pruebas de que no supera los decibelios permitidos, y otros treinta días para que los subsane. Dentro de este último plazo, el Ayuntamiento puede volver a ordenar el cierre o el bloqueo del paso de camiones, como ya ocurrió el pasado mes de octubre.