Una encrucijada difícil de resolver hasta para alguien tan capaz como el nuevo director general, Jaime Moreno
En abril, en esta misma columna, comentaba la encrucijada que tiene planteada el Mitma para mantener, por un lado, lo que su Secretario de Estado, Pedro Saura, plasmó en una carta fechada en julio, con los representantes del transporte por carretera, para que se desconvocase el paro que estaba previsto para ese mismo mes y, por otro, alguno de los puntos que se recogían en el Plan de Apoyo a la Automoción (en concreto pesos y dimensiones de los vehículos) que presentase públicamente el propio presidente del Gobierno unas semanas antes en presencia del ministro Ábalos. Una encrucijada difícil de resolver hasta para alguien tan capaz como el nuevo director general, Jaime Moreno, al que le ha tocado la papeleta y ya ha hecho su primer movimiento, presentando al CNTC el “Plan de Impulso al transporte de mercancías por carretera 2021-2023” prometido por Saura en la citada carta.
Lo cierto es que el Plan debería haber estado diseñado a finales de 2020 y, por lo que se ha podido ver, hoy por hoy seguimos sin plan, más allá de un esquema que recoge los principales puntos por los que, a juicio del Ministerio, debería ir discurriendo. Vamos tarde, como se ve, pero es que también parece que vamos mal. Se le llama “impulso” a un esquema que básicamente recoge el simple mantenimiento de lo que ya se tiene en lo tocante a fondos para formación, gasóleo profesional o ayudas al abandono y algunas “promesas” sobre digitalización, electrificación, “renove” y buenas prácticas… sin mayor concreción. Se llama impulso a anunciar que se recogen ya viejas reivindicaciones de otros grupos a las que siempre se ha opuesto el sector, como el pago por uso, tan ansiado por las “constructoras”, y los 4,5 metros de altura o las 44 toneladas, sueño húmedo de algunos cargadores. Por cierto, estas dos son las únicas cifras que aparecen, nada más está concretado e incluso las cifras de 2021-2023 han desaparecido, de modo que vaguedad e indefinición en plazos, cantidades económicas y fechas.
El perseguido “consenso” del sector va a estar muy difícil de alcanzar, me temo, si no se acelera la concreción de medidas que vayan en favor de la sostenibilidad de nuestras empresas. El part(id)o sigue en prórroga. Esperemos que no haya que llegar a la tanda de penaltis.
Ramón Valdivia
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