La fusión se inicia con los tráficos terrestres de la alemana en España, que pasan a operase en las plataformas de su filial.
Spain-Tir, que el pasado septiembre fue adquirida por Schenker, está liderando la integración con su propietaria en la Península Ibérica. Los departamentos terrestres de la alemana están en plena fase de fusión en Spain-Tir. Las principales plataformas de Schenker, en Madrid y Barcelona, ya no operan los tráficos por carretera.
Lluís Gay, presidente de Spain-Tir, ya dio una pista muy clara el pasado 27 de septiembre, cuando firmó la compra del grupo español de transporte por parte Schenker AG, la filial logística y de transporte del gigante alemán Deustche Bahn. Lluís Gay anunció la creación de la sociedad Schenker Ibérica -operativa a nivel legal en 2009-, presidida por el mismo y que tiene como director general Operativo a Jaume Ballester, que a su vez es consejero delegado de Spain-Tir. Completan el consejo de administración de Schenker Ibérica Hans-Jörg Hager (presidente de Schenker Europa) y otros dos directivos de la multinacional alemana.
Otro indicio: a los pocos días de formalizarse la operación, dejó el cargo el consejero delegado de Schenker España, Ingo Emele. Un elemento más: la sede de Schenker Ibérica estará ubicada en la Zona Franca de Barcelona, es decir, la central de Spain-Tir. La comprada, la más pequeña, pero la más implantada en España, está liderando el proceso de integración de ambas compañías. De hecho, Schenker se está fusionando en Spain-Tir y no a la inversa. La integración ha empezado por los departamentos terrestres de ambas compañías, donde Spain-Tir tiene más peso.
Los tráficos por camión, tanto de importación como de exportación, que operaba Schenker en sus delegaciones de Madrid (Coslada) y Barcelona (El Prat) se hacen desde las instalaciones de Spain- Tir, según han señalado fuentes sindicales. A pesar de los intentos, este periódico no pudo hablar con ningún responsable de la dirección de Schenker Ibérica. Todos los transportistas autónomos que trabajaban para Schenker Barcelona cargan y descargan en las instalaciones de la Zona Franca de Spain-Tir. Y casi toda la plantilla del departamento terrestre de la alemana también ha pasado a Spain-Tir. “De diecisiete personas, nos hemos quedado tres, y prácticamente no tenemos trabajo”, aseguraron fuentes del comité de empresa de Schenker Barcelona.
El proceso ha sido similar en la plataforma de la alemana en Coslada: casi todos los tráficos terrestres han sido desviados a Spain-Tir y, hasta la fecha, transferidos dos trabajadores. En la delegación de Alicante, se ha transferido todo el negocio terrestre y el próximo mes se trasladará el personal. Valencia ha seguido la misma línea. Peor suerte ha corrido la delegación de Schenker en Irún, dedicada exclusivamente al tráfico terrestre: tres de los ocho trabajadores se han integrado en Spain-Tir, que también cuenta con instalaciones en la ciudad guipuzcoana, y la dirección ha comunicado “verbalmente” al resto que la delegación cerrará. Una vez integrados completamente los departamentos terrestres, se fusionarán las áreas marítima y aérea, en las que está más implantada Schenker, señalaron fuentes sindicales.
Jaume Ballester avanzó, el pasado 27 de septiembre, que la integración será efectiva antes de finalizar este año. Schenker cuenta en España con una plantilla de 350 trabajadores, mientras que Spain- Tir tiene 1.006 empleados. El principal grupo español transitario llevaba años recibiendo ofertas de adquisición y Lluís Gay haciendo oídos sordos y reivindicando la independencia de la compañía, hasta que picó a su puerta Deustche Bahn. A principios de agosto salió a la luz la operación y el 27 de septiembre se rubricó la adquisición del 100 por 100 de las acciones de la firma española, por un montante de unos 150 millones de euros. “Hemos recibido infinidad de ofertas, despreciando otras económicamente mejores”, señaló ese día Gay, que justificó la elección de Schenker porque se garantiza el mantenimiento del equipo humano de Spain-Tir. Esta firma facturó 150 millones de euros en los primeros ocho meses de este año, un 13 por ciento más que en el mismo periodo de 2006, y prevé un beneficio “muy superior” al del año pasado, 5,42 millones antes de impuestos.