La compañía escandinava StoraEnso, líder europea de los productos forestales y filial del grupo Westerlund Babcock & Brown, trasladará a finales de este mes cerca de 680.000 toneladas anuales de sus tráficos desde el puerto de Amberes al vecino recinto de Zeebrugge. El objetivo es racionalizar las rutas marítimas y optimizar el uso de sus buques, en un entorno económico difícil. La supresión de Amberes responde a que los cargamentos en el puerto belga no se realizan a plena capacidad, y además las tarifas portuarias son más elevadas que en Zeebrugge.
El recorte afectará a dos cargamentos: un tráfico de 350.000 toneladas de pasta de papel procedente de Brasil en contenedores SECU y que transborda en Amberes rumbo a Gotemburgo y Oulu (Finlandia); y un tráfico de 320.000 toneladas procedente de Oulu y Kemi (Finlandia), con escala en Gotemburgo. Parte de este cargamento (cerca de 190.000 toneladas al año) aprovisiona a la fábrica de papel de Lumipaper en la margen izquierda de Amberes, que a partir de ahora será servida en tráficos continuos por carretera. Desde Zeebrugge trambién se realizará la distribución en Benelux y Francia por carretera, ferrocarril y vía fluvial. Los dos cargamentos serán tratados en la terminal de StoraEnso en la dársena de Wielingen.
El barco “Vageland”, fletado por StoraEnso y que realizaba el viaje entre Amberes y Gotemburgo no llenaba sus bodegas, y a partir de ahora la empresa papelera empleará el servicio regular de la compañía belga Cobelfret entre los dos puertos. Para el grupo Westerlund/Babcock & Brown, empresa matriz de StoraEnso, esta adaptación dictada por las condiciones económicas es una mala noticia.
La red de distribución europea de StoraEnso es la más desarrollada de todo el sector forestal y ha supuesto un adelanto técnico (con el diseño y empleo de los contenedores SECU de 80 toneladas que minimizan la manutención) y logístico significativo. Y para los tráficos de cargas convencionales y graneles del puerto de Amberes también es un golpe duro que subraya la urgente necesidad de revisar las condiciones de trabajo, y las tarifas (de las más altas en la franja Norte de Europa) del recinto belga.