Tarragona se convirtió el año pasado en el segundo puerto español habilitado para el embarque de animales vivos, tras el de Cartagena. Desde la primera operación, en verano, han pasado por la instalación alrededor de 20.000 cabezas de ganado bovino y ovino con destino a Libia y Líbano. El objetivo es “llegar a las 60.000 cabezas y al buque semanal en el primer año”, señala Gregorio de la Fuente, presidente de Eurocargo, transitaria y que también ha ejercido como consignataria en algunos de los embarques. Eurocargo, promotora de la iniciativa, ha gestionado alrededor de una decena de envíos en otros tantos buques en los primeros meses.
A principios de este año, está previsto ampliar el mercado a Argelia “y se está negociando con Egipto”. De llegar a estos dos nuevos mercados, “podríamos tener el barco semanal en cuatro o cinco meses”. El servicio va dirigido inicialmente a los ganaderos catalanes para evitar el desplazamiento a Cartagena. Embarcar por Tarragona supone “reducir a la mitad los costes del transporte y más bienestar animal”, señala Joan Carles Massot, del sindicato agrario y ganadero JARC.
La oferta de Tarragona también está captando exportadores “de Aragón, Navarra e, incluso, de Castilla y León”, añade De la Fuente. El nuevo servicio “nos aporta diversificación, que es un objetivo estratégico, y nos da valor añadido porque es un tráfico de calidad que requiere unas infraestructuras especiales que no todos los puertos tienen”, señala Josep Andreu, presidente del puerto de Tarragona. Además, es un tipo de tráfico que genera otros asociados como la comida para los animales. TPS es la estibadora del puerto que cuenta con las instalaciones adecuadas para el embarque de los animales.