El 60% de los contenedores gestionados por su filial ferroviaria, que es el principal operador en este transporte del puerto de Barcelona, es tráfico nuevo para la estibadora.
TCB culminará su plan de ampliación en el puerto de Barcelona, donde invierte 60 millones de euros, con la finalización de las obras de la terminal ferroviaria en mayo. Seguirá apostando por el tren, a través de TCB Railway, para crecer en el hinterland. El 60 por ciento del tráfico de la filial ferroviaria es nuevo para la estibadora
Terminal de Contenidors de Barcelona (TCB), perteneciente al Grupo TCB, culminará la ampliación de su concesión en el muelle Sur del puerto de Barcelona la próxima primavera con la finalización de las obras de la terminal ferroviaria. La estibadora pasará de 57 a 83 hectáreas de extensión, nueva superficie que estará completamente operativa en enero, y de una línea de atraque de 1.380 a 1.515 metros, que estará lista en febrero. Para los nuevos accesos, habrá que esperar menos: los transportistas tendrán seis puertas automáticas de entrada a la terminal y cuatro de salida antes de diciembre, mientras que actualmente cuentan con cuatro entradas manuales y dos salidas.
El plan de ampliación, que TCB evalúa en 60 millones de euros, culminará en mayo con la terminal ferroviaria, que tendrá seis vías en ancho internacional e ibérico, con capacidad para formar convoyes de hasta 750 metros de longitud, frente a los 450 actuales. Con la ampliación, la estibadora gana casi un millón de TEUs de capacidad, hasta los 2,3 millones, en una difícil situación con una caída generalizada de los tráficos en el puerto de Barcelona. Para llenar la nueva superficie portuaria, “hay que seguir creciendo en el hinterland”, lo que pasa por “continuar apostando por el desarrollo de los tráficos ferroviarios”, señala Carlos Larrañaga, director general de la estibadora, en referencia a TCB Railway, la filial ferroviaria del grupo marítimo y que es el principal operador en este transporte en el puerto de Barcelona.
TCB Railway, que opera desde octubre de 2006, movió 117.000 TEUs el año pasado y prevé llegar a los 130.000 al cierre de 2013. La apuesta por el tren para ampliar el hinterland está dando resultado: “Alrededor del 60 por ciento de los contenedores que opera TCB Railway es tráfico nuevo para la terminal marítima, que no hubiera venido a nuestras instalaciones sin el tren, y una gran parte de ese tráfico es también nuevo para el puerto”, es decir, no es fruto del trasvase de carga de una estibadora a otra de la misma dársena. La filial ferroviaria “es un instrumento comercial para la propia TCB y que vamos a seguir potenciando con el desarrollo de nuevos corredores para captar más carga”.
Además de ampliar el hinterland, la otra apuesta para crecer es captar el esquivo tráfico de transbordo. Y para ello hay que superar dos barreras: la distancia geográfica, para los flujos que entran por el Canal de Suez, y el coste de la mano de obra portuaria en Barcelona, “coste que hace que sea muy complicado competir con los puertos del corredor natural para esos flujos”, es decir, dársenas del norte de África, del sur de Italia y del sur peninsular. Para atraer transbordo, “hay que rebajar los costes de la estiba, lo que estamos intentando negociar”. TCB prevé una caída del 2 por ciento del tráfico este año, en comparación con 2012, cuando movió 750.000 TEUs. “Estamos seguros que volveremos a superar el millón de TEUs cuando se recupere la economía”.