La terminal, tras absorber una inversión de 50 millones de euros, tendrá completamente operativo el Muelle de Llovera en abril y situará su capacidad en un millón de TEUs/año.
TCV ha afianzado su apuesta por el puerto de Valencia tras instalar otras dos grúas ZPMC para buques de 14.000 TEUs de capacidad. La terminal, tras absorber una inversión público-privada de 50 millones de euros, tendrá completamente operativo su nuevo Muelle de Llovera en abril para situar su capacidad en un millón de TEUs anuales
TCV Stevedoring Company afianza su apuesta inversora en el puerto de Valencia en plena crisis económica con la instalación de dos nuevas grúas super post panamax, fabricadas por la constructora china ZPMC, en el nuevo Muelle de Llovera de la empresa estibadora y que se unen a la adquirida por la terminal en marzo de 2008. Las tres nuevas grúas, que han representado una inversión de 21 millones de euros, serán el equipamiento principal del Muelle de Llovera, donde la terminal dispondrá a partir del próximo mes de abril con un atraque de 475 metros lineales con calado de 16 metros y una superficie anexa de 50.000 metros cuadrados.
Las dos nuevas cabrias, similares a la adquirida por TCV en 2008, permiten la operativa en buques de hasta 14.000 TEUs, con un alcance de 22 contenedores de manga. Cada grúa tiene un peso de 1.600 toneladas y una capacidad de elevación de 65 toneladas. Las dos nuevas unidades llegaron el pasado 27 de febrero desde China al puerto de Valencia, ya montadas, en el buque “Zhenhua 16” de ZPMC, junto con otras dos grúas para la terminal de MSC en Bremen y tres RTGs para la terminal de PSA en Sines (Portugal).
Con los nuevos equipos, TCV dispone de diez grúas carro, cinco de alcance post panamax y otras cinco de alcance panamax, además de dos grúas móviles, y un parque de 21 RTGs sobre ruedas neumáticas. Al nuevo espacio del Muelle de Llovera, TCV añadirá proximamente una superficie de 61.498 metros cuadrados en el denominado Muelle de Desguace, con lo que la terminal sumará 111.498 metros cuadrados a los 330.306 metros cuadrados que tiene en el Muelle de Levante, donde también ganará espacio con el derribo de una nave de 10.500 metros cuadrados, con el objetivo de dedicar sus 44 hectáreas de superficie al negocio del contenedor, tras que el consejo de administración del puerto de Valencia aprobará recientemente la modificación del objeto concesional de la terminal, consistente en la restricción de su actividad al movimiento y manipulación de contenedores, excluyendo del contrato de concesión el carácter polivalente de la terminal.
La terminal ha absorbido en los dos últimos años una inversión total de 50 millones de euros, de los que 22 millones de euros han sido en la puesta en marcha de nueva infraestructura por parte de la Autoridad Portuaria, a lo que se suma los 28 millones de euros que la terminal ha invertido en equipamiento, una apuesta que se está viendo acompañada con las escalas de nuevos servicios, entre los que destacan los de los consorcios Grand Alliance (Hapag Lloyd, MISC, NYK y OOCL) y TNWA (MOL, APL y Hyundai) y los de las compañías navieras Iris, Turkon, Delmas, Holland Maas, China Shipping, EMES y Hamburg Sud, entre otras. TCV está consiguiendo gracias a un meditado plan de negocio e inversión la confianza de un gran abanico de navieras y paso a paso la estibadora se está convirtiendo en una de las principales terminales multicliente del mediterráneo.
De hecho, en 2008 TCV volvió a aumentar su volumen de negocio en un 9 por ciento, alcanzando 656.796 TEUs, de los que un 72 por ciento fueron contenedores de import-export, con un total de 477.092 TEUs, y un 38 por ciento de transbordo, con un total de 179.704 TEUs.
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