La compañía elevará este año en el puerto de Bilbao un 27% su capacidad destinada a los biocombustibles hasta alcanzar cerca de 100.000 metros cúbicos, casi el doble que en 2019.
La compañía independiente Terminales Portuarias (TEPSA), especializada en la recepción, almacenamiento y expedición de graneles líquidos, apuesta por el negocio de los biocarburantes y las materias primas asociadas a los mismos en sus instalaciones del puerto de Bilbao, en línea con las nuevas demandas del mercado para avanzar en los necesarios procesos de descarbonización.
La empresa, participada al 100 por cien por el grupo francés Rubis Terminal, aumentará este año un 27 por ciento la capacidad destinada al desarrollo de esta actividad, hasta alcanzar cerca de 100.000 metros cúbicos, prácticamente el doble que la disponible en 2019. Una cifra que supone casi la tercera parte de la capacidad total de su terminal en el puerto de Bilbao, que supera los 320.000 metros cúbicos.
Así lo avanzó a Transporte XXI Igor Salguero, director de Terminal, que también puso el foco en los nuevos vectores energéticos, como el hidrógeno verde, el amoniaco o el metanol. “Estamos analizando cómo participar en las nuevas cadenas de suministro y, sin duda, daremos los pasos necesarios para hacerlo, ya que está en el eje estratégico del grupo, que no es otro que dar un fuerte impulso al servicio de la transición energética a nuestros clientes y grupos de interés”, añadió.
La apuesta por el almacenamiento de biocarburantes implica la adaptación de las instalaciones, tanto en tanques como en tuberías, ya que “es necesaria una alta especialización para la manipulación y almacenamiento de estos productos”, explicó el director de Terminal de Tepsa. En esta línea, la compañía prevé invertir este año cerca de un millón de euros.
Esta actuación forma parte de la ‘hoja de ruta’ trazada por la compañía, con un desembolso comprometido de 6 millones de euros, de los que ya ha ejecutado más de la mitad en los últimos cuatro años, como adelantó este periódico.
Los trabajos consisten, fundamentalmente, en la automatización de los procesos de carga y descarga, la mejora de los sistemas de control de accesos y la adecuación de los tanques de la terminal. El objetivo es claro: “aumentar la productividad y eficiencia de las instalaciones y la seguridad de la operativa”, subrayó Salguero.
La terminal de Tepsa en el puerto de Bilbao, conectada a la refinería de Petronor y al sistema de red nacional de oleoductos, dispone de 79 tanques, con capacidad para 321.900 metros cúbicos.
Tráficos prepandemia
En 2021, la compañía movió más de 4 millones de toneladas, sumando importaciones y exportaciones. De este modo, alcanza los registros prepandemia, con un tráfico medio diario unos 240 camiones cisterna. Además, en el mes de febrero registró un movimiento de 370 cisternas en solo un día, entre cargas y descargas, fijando un nuevo récord.
La instalación también cuenta con un apartadero ferroviario para dar servicio a sus clientes, conectando la terminal del puerto de Bilbao con diferentes plantas de producción de la Península, fundamentalmente localizadas en Castilla y León. Una actividad con un crecimiento del 10 por ciento en los últimos tres años, con la previsión de mantener la misma progresión en 2022.
La compañía, que opera actualmente tres convoyes semanales, con una media de 17 vagones cada uno, movió por tren 170.000 toneladas el pasado año, bajo la tracción de Tramesa. La terminal ferroviaria de Tepsa tiene una vía principal de 384 metros de longitud y una vía auxiliar de 84 metros.
900.000 m3 de capacidad
Tepsa, que centra su actividad en el almacenamiento de graneles líquidos, productos químicos, petrolíferos y alimentarios, dispone de 900.000 metros cúbicos de capacidad distribuidos en sus cuatro terminales, ubicadas en los puertos de Bilbao, Barcelona, Tarragona y Valencia.
La compañía, con sede en Barcelona, alcanzó una cifra de negocio de 55,36 millones en el difícil 2020, último ejercicio con datos disponibles, lo que supone un avance del 6,7 por ciento respecto al año anterior.