Las empresas de transporte por carretera no se quedan con una sola carta a la hora de reducir el impacto ambiental de sus operaciones, adoptan diversas estrategias que pasan porque entre en el juego el cliente.
Empresas de transporte por carretera que apuestan por reducir la huella ambiental de sus operaciones no están jugando a una única carta, sea combustible HVO, sea vehículo eléctrico, sea subir el remolque al tren. Están tocando todos los palos viables, eso sí, siempre que sus clientes entren en el juego, ya que no hay sostenibilidad ambiental que valga sin sostenibilidad económica previa.

Así se puso de relieve hoy en la jornada “Sostenibilidad en el transporte por carretera”, organizada conjuntamente por la Autoridad Portuaria de Barcelona, el Clúster Catalonia Logistics y el Clúster de l’Energia Eficient de Catalunya.
Calsina Carré es un ejemplo de tocar todos los palos viables. El grupo catalán apuesta por la intermodalidad, utiliza el HVO, opera con dos duotrailers y ha incorporado recientemente las primeras tres unidades eléctricas, que no serán las últimas, apuntó Pere Carbonés, director de Tráfico de Calsina Carré.
Empresas Masiques incorporó a su flota el primer camión eléctrico de Renault Trucks en España para su cliente Nestlé hace una año. El vehículo hace una ruta determinada: el transporte del café que entra por el puerto de Barcelona a la planta de Nestlé en Girona. La unidad “hace doble turno” (viaje de ida y vuelta) y “está funcionando muy bien”, aseguró Miguel Sánchez, director de Empresas Masiques. Esta compañía también apuesta por el HVO. Aunque resulta más caro que el diésel, “hemos conseguido más eficiencia”, añade el directivo. El 80 por ciento de la operativa de este proveedor de transporte son con vehículos alimentados con HVO o con camión eléctrico.
Hay empresas cargadoras como BonÀrea, que cuenta con flota propia. El grupo alimentario ha optado por la implantación del duotrailer, hacer pruebas con el hidrógeno y optimizar las rutas, señaló Kevin Contreras, gestor de Flota de BonÀrea.
Por su parte, Amazon, que no tiene flota propia en el mercado español, también ha apostado inicialmente porque sus proveedores de transporte hagan rutas más eficientes y densas. El siguiente paso está siendo empezar a trabajar en la electrificación y en el hidrógeno, apuntó Alex Grau, senior EU Transport Strategy & Policy Manager de Amazon.
Fabricantes y empresas de transporte coincidieron en que la transición energética en general y al vehículo eléctrico en particular es una relación de tres: un acuerdo del fabricante, del cliente y del cargador. Es más, la adopción del vehículo eléctrico exige un cambio de modelo de negocio, el tender no vale.
Los fabricantes y distribuidores de automoción defendieron que hay rutas viables económicamente para los vehículos eléctricos. “Evidentemente, el camión eléctrico es más caro, pero hay rutas que son viables económicamente sin ayudas”, hizo hincapié Gonzalo Sanchis, gerente de Quadis Autolica Industriales, concesionario de Mercedes-Benz. Y prueba de ello es que “se están electrificando flotas sin ayudas del Gobierno”, añadió Enric Martín, business unit director de Iberia de Jac Motors Iberia.
También hubo coincidencia en que la indefinición de las ayudas, la burocracia, la falta de infraestructura de carga y la propia mentalidad del transportista son barreras para la transición energética. Unanimidad igualmente en que el caballo ganador presente y futuro para la última milla es el vehículo eléctrico, mientras la incertidumbre sigue rodeando a la larga distancia.