El ejercicio 2021 fue un año de vacas gordas para el conjunto del transporte, aunque fueron menos gordas para algunos subsectores, según se puso de relieve en la mesa organizada por Transporte XXI para presentar el especial ‘¿Quién Manda?’.
Transporte XXI organizó, el pasado día 9, una mesa redonda en el marco del SIL de Barcelona para presentar la edición 2023 de ‘¿Quién manda en el transporte y la logística en España?’, una completa radiografía económica y financiera del sector, a partir de los datos de casi 6.000 empresas, que desde hace 16 años viene realizando este periódico.
Transporte XXI organizó, el pasado día 9, una mesa redonda en el marco del SIL de Barcelona para presentar la edición 2023 de ‘Quién manda en el transporte y la logística en España’, una completa radiografía económica y financiera del sector, a partir de los datos de casi 6.000 empresas, que desde hace 16 años viene realizando este periódico.
La jornada, moderada por Javier Miranda, director general de Transporte XXI, contó con la participación de Ramón García, director general del Centro Español de Logística (CEL), Jordi Espín, secretario general de Transprime y Strategic Relations Manager European Shippers Council (ESC), Ramón Valdivia, vicepresidente de Astic, y José Luis Romero, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Centros Portuarios de Empleo (Anesco).
El año 2021 fue un ejercicio récord para el conjunto del sector con un incremento medio de la facturación del 16 por ciento, tres veces más que el crecimiento del PIB. Fue el año del rebote pospandemia en el que todos resultaron vencedores, eso sí, algunos menos, según se puso de relieve en la mesa redonda.
Uno de los claros vencedores y que creció por encima del PIB, rompiendo la tradicional evolución en paralelo, fue el transporte por carretera (+8 por ciento). Y ello debido, básicamente, a dos factores: “El componente del transporte internacional, que es muy fuerte, lo que nos ayudó” y el “aumento de los precios”, señaló Ramón Valdivia.
En el sector de la carretera, hubo un claro vencedor, el transporte frigorífico, “lo que comemos y la farmacia no caen”. La otra cara de la moneda, el portavehículos, que siguió sufriendo por “los problemas de suministro” en las cadenas de montaje de las fábricas de vehículos, añadió el vicepresidente de Astic.
El ejercicio 2021 “fue un año atípico por el parón de 2020 (la pandemia) y viniendo de un año brillante como 2019”, aseguró el secretario general de Anesco. Para el lado mar, también “fue un buen año sin llegar al nivel de 2019”, pero no con la misma intensidad, “mejor en la zona del Levante que en la de Algeciras por el contenedor y el transbordo”.
La demanda de transporte creció ante un elemento coyuntural: “Cubriendo los impactos de las disrupciones de las cadenas de suministros”, señaló el director general del CEL. Hay otro elemento estructural que llegó para quedarse, “los cambios de los hábitos de consumo” con el boom del comercio electrónico y su impacto en la última milla. Para Ramón García, el crecimiento del transporte se debió, en buena medida, “al transporte capilarizado” provocado por el ecommerce.
Para el punto de vista del cargador, el ejercicio 2021 “fue el año del tortazo en el que trascendió a la opinión pública que la cadena de suministro no funcionaba bien”, aunque “los productos llegaban, esa no era la percepción del ciudadano”, aseguró Jordi Espín.
Sin paliativos, los transitarios fueron los campeones con un incremento de las ventas superior al 47 por ciento. Y en ello tuvo mucho que ver con la escalada de los fletes, “que crecieron enormemente porque hubo mucha demanda y poca oferta”, señaló el secretario general de la patronal de la estiba. Un incremento de los fletes en el que nada tuvo que ver el terminalista, “que no pone el precio al contenedor”. “Tenemos unas tarifas máximas fijadas por los pliegos de las concesiones”.
Las navieras incrementaron los precios y, consiguientemente, los beneficios. La normativa europea que permite las alianzas navieras señala que los beneficios de estos consorcios se deben repercutir en la mejora de los servicios marítimos, recordó Jordi Espín. “Dónde están”, se preguntó el secretario general de Transprime. “De la pandemia nos ha quedado un mal servicio, estamos peor que hace dos, tres y cuatro años”, aseguró.
A juicio del director general del CEL, las navieras tienen que invertir en temas como “digitalización” , “estandarización” y en todos aquellos procesos para evolucionar como han hecho otros sectores a raíz de la pandemia.
En cuanto a la marcha del presente ejercicio, los expertos coincidieron en que las expectativas no son demasiado halagüeñas: “Nos estamos desacoplando del PIB, que subirá un 2,4 por ciento y el transporte debería subir de forma similar, pero no estamos viendo que sea así”, señaló Ramón Valdivia. Por el lado mar, “hay ralentización del tráfico de mercancías”, sobre todo del contenedor, añadió el secretario general de Anesco. Además del coste, “la principal preocupación es la descarbonización” y la inexistencia de un modelo para alcanzarla, señaló Jordi Espín.
Más información en la próxima edición en papel de Transporte XXI.