La compañía solicita una concesión de 3.378 m2 en el puerto con destino a una planta de secado de cok ante su vencimiento, sin posibilidad de prórroga, en noviembre de este año.
Toro y Betolaza, empresa dedicada a la adquisición y compraventa de combustibles sólidos, ha solicitado a la Autoridad Portuaria de Bilbao una concesión en la zona industrial de Punta Sollana. Se trata de la misma que gestiona actualmente, cuyo plazo de vigencia concluirá en noviembre de este año, sin posibilidad de prórroga adicional.
La instalación ocupa una superficie de 3.378 metros cuadrados que destina a una planta de secado de cok. La concesión dispone de un almacén de cok de 1.079 metros cuadrados, una planta de secado de cok metalúrgico y una nave de 330 metros cuadrados.
La compañía, del grupo Toro y Betolaza, asegura que el desarrollo de su actividad exige mantener un espacio concesional en el que almacenar, secar, seleccionar y cribar combustibles sólidos (antracita y coque metalúrgico) para su posterior venta y expedición a terceros.
Así se recoge en el proyecto presentado a la entidad, que se encontraba en información pública al cierre de esta edición.
La empresa, en este sentido, insiste en que la pérdida de este espacio, y el almacén actual, que tras la finalización del plazo de la concesión actual pasará a ser propiedad de la entidad portuaria, supondría que “la operativa quede comprometida”. O lo que es lo mismo, “imposibilitando la continuidad de su actividad en el puerto”.
La petición presentada al organismo portuario propone una duración de la nueva concesión de 15 años, con posibilidad de prórroga, y una tasa de ocupación anual total de 11,57 euros por metro cuadrado.
Toro y Betolaza estima que manipulará un tráfico de cerca de 25.000 toneladas anuales, actividad que estará vinculada con otra concesión que ocupa en el muelle AZ1.
La inversión prevista a lo largo del plazo de la concesión superará los 1,5 millones de euros, que destinará a reparaciones, mantenimiento, mejoras medioambientales del almacén y las instalaciones técnicas, así como a la adquisición de nueva maquinaria, según el proyecto presentado.
La compañía estima unos ingresos de 6,25 millones de euros al año, con un incremento a partir de 2025 de un 2 por ciento anual durante los quince años de la concesión hasta alcanzar los 8,24 millones en el año 2038.