La Autoridad Portuaria acopla los compromisos de la nipona a la realidad del mercado y espera reactivar las importaciones en 2014 con la expectativa de 80.000 automóviles.
Toyota ha logrado reprogramar sus compromisos de tráfico mínimo en su centro logístico del puerto de Sagunto a 45.000 unidades anuales entre los ejercicios 2011 y 2013. La Autoridad Portuaria, que ha acoplado los compromisos de la nipona a la realidad del mercado, espera reactivar las importaciones en 2014 con 80.000 unidades
La recesión en las ventas de automóviles en España ha obligado a la japonesa Toyota a reprogramar sus compromisos de tráfico mínimo en su centro logístico de distribución del puerto de Sagunto. El recorte en el número de unidades que prevé importar la multinacional japonesa por los muelles valencianos será aproximadamente la mitad de las previstas inicialmente en el condicionado de la concesión otorgada a Toyota por la Autoridad Portuaria de Valencia, situación que va a provocar una reducción de los ingresos previstos por el recinto portuario.
De hecho, el modificado del condicionado establece que Toyota deberá conseguir un movimiento mínimo de 45.000 unidades anuales en los ejercicios 2011, 2012 y 2013, si no quiere ser penalizada por la Autoridad Portuaria, que ha acoplado los compromisos de la nipona a la realidad del mercado, con el objetivo de que puedan reactivarse los volúmenes de importación a medio plazo. De hecho, las nuevas garantías establecen una expectativa de 80.000 unidades anuales a partir de 2014, según ha podido confirmar TRANSPORTE XXI en fuentes de la Autoridad Portuaria de Valencia.
Hay que recordar que tras una intensa labor de comercialización que duró dos años, el puerto de Valencia logró en 2007 fidelizar por veinte años a Toyota, segundo fabricante mundial de automóviles, que un año después puso en marcha en la ampliación del puerto de Sagunto su principal centro logístico de vehículos para el sur de Europa, con una concesión de 200.000 metros cuadrados, sin línea de atraque y una inversión mixta de 24 millones de euros, de los que 10 millones han sido inversión directa de la multinacional nipona. Sagunto se convertía en el noveno centro de distribución de Toyota en Europa, un emplazamiento estratégico elegido por la japonesa para situar sus importaciones procedentes que tuvo ofrecimientos de la gran parte de dársenas españolas.
Además, la apuesta por Toyota contenía un importante ‘efecto arrastre’ para vincular otras marcas automovilísticas en el puerto de Sagunto, refrendando de esta forma su capacidad como hub asiático de la industria del automóvil y un nuevo canalizador para la exportación de fabricantes con plantas en España, como Ford, Renault y General Motors. De hecho, con la llegada de Toyota, aterrizaron en el puerto asiásticas como Honda y Suzuki y navieras como UECC, MOL, NYK, Wallenius, K-Line y NYK empezaron a incluir Sagunto como parte de sus servicios entre Asia y el Mediterráneo.
La crisis aminora el éxito de la segunda dársena de Sagunto
La crisis se está cebando con el desarrollo de la segunda dársena del puerto de Sagunto. Lo que fue un éxito de comercialización, con un millón demetros cuadrados puestos en concesión, está reduciendo su impacto. Esta situación tenderá a aminorar los ingresos que tenía previstos la Autoridad Portuaria tanto por tráficos como concesiones. Hay que recordar que el puerto de Sagunto ha perdido hasta ahora una inversión directa de 92millones de euros en la construcción de una terminal de graneles sólidos y otros equipamientos anexos, mientras que de las terminales polivalentes de Ros Casares y de Grupo Alonso sigue sin haber noticias.
La regasificadora de Saggas es hoy el pulmón de actividad de los tráficos en la ampliación, con 3,6 millones de toneladas en 2010, mientras que la terminal pública de automóviles y el centro logístico de Toyota aportaron en el entorno de las cien mil unidades, muy lejos de los compromisos establecidos en los iniciales pliegos de ambas concesiones. Queda por establecer el futuro papel de la segunda dársena de Sagunto con el contenedor, porque la potencialidad como hub del automóvil asiático es un hecho pese a la crisis de consumo que vive España, “un quebradero de cabeza” para el sector.
La agonía de las ventas en los concesionarios es palpable y no se espera una recuperación a corto. De hecho, Bergé y Cía logró reprogramar en julio de 2010 sus compromisos de tráfico para 2013 con una garantía de 260.000 unidades, tráfico que fue planificado para 2011. La crisis ha fulminado todas las expectativas y se está más cerca de las propias previsiones que hizo el puerto de Valencia en sus pliegos, un mínimo de 150.000 unidades anuales sin contar los tráficos de la japonesa Toyota. Y es que las garantías presentadas al concurso y las inversiones en silos son hoy ‘papel mojado’ a orillas del Mediterráneo.
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