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TPC sanea cuentas y Globalvía busca inversor para la terminal de Castellón

La estibadora, que gestionó 124.000 movimientos durante 2012, amortiza 6,2 millones de euros de capital para canalizar pérdidas.

Terminal Polivalente de Castellón ha amortizado un 40 por ciento de su capital social para sanear sus cuentas, destinando 6,2 millones de euros para paliar los déficits de explotación de la estibadora. Globalvía, accionista de referencia, sigue buscando inversor para la firma que logró 124.000 movimientos en 2012, su tráfico más alto

Terminal Polivalente de Castellón (TPC) ha procedido a la amortización de un 40 por ciento del capital social de la compañía estibadora para sanear sus cuentas, lo que ha supuesto destinar 6,2 millones de euros para paliar sus déficits de explotación. La estibadora, que explota una terminal de uso polivalente en el Muelle del Centenario hasta 2033, acordó la reducción del capital social para compensar pérdidas, mediante la disminución del valor nominal de todas las acciones.

El capital de la mercantil, bajo la gestión de Globalvía, queda fijado en 9.500.400 euros, con un valor de 60,32 euros por acción, según ha comunicado la compañía. El saneamiento de las cuentas era “una medida urgente”. La estibadora venía generando pérdidas en todos sus ejercicios de explotación desde su puesta en marcha en 2005. TPC fue constituida el 22 de diciembre de 2003 con un capital social de 9 millones de euros.

La estibadora acometió un plan de inversiones para poner en marcha la denominada terminal polivalente B del Muelle del Centenario, tras ganar en concurso una concesión de 116.000 metros cuadrados con 416 metros de línea de atraque. Ya en marzo de 2010 TPC se obligó a realizar un desembolso de dividendos pasivos por 1.200.000 euros al tiempo que realizaba una suscripción de capital por 3.750.000 euros, elevando el mismo hasta 15.750.000 euros y desembosando por 1.500.000 euros, para sanear sus cuentas.

En este contexto hay que apuntar que Globalvía arrancó en 2010 un plan para captar recursos y dar así entrada en el capital de la compañía y en sus empresas participadas a nuevos inversores, que en el caso de TPC no ha dado sus frutos. La terminal, que logró en 2012 su mejor ejercicio de volúmenes alcanzando un tráfico de 124.000 movimientos, “mantiene colgado el cartel de venta ante la estrategia de Globalvía de salir de este tipo de activos” de acuerdo a su estrategia, admiten fuentes solventes.

Globalvía es una empresa creada en 2007 por FCC Construcción y Corporación Financiera Caja Madrid con las aportaciones de negocios en concesiones en autopistas, puertos y diversas infraestructuras que detentaban ambas compañías. Al cierre de 2007 FCC tenía el 45 por ciento de TPC, una participación que creció en enero de 2008 hasta el 78,68 por ciento tras que los socios conocedores del negocio, Boluda y Servicios Logísticos Portuarios vendieran sus participaciones accionariales por 3.382.160 euros.

Con ello, la propiedad de TPC quedaba en manos de Globalvía junto a la extinta constructora Luis Batalla (Lubasa), con un 78,68 y un 21,32 por ciento, respectivamente. Las acciones de Lubasa en TPC hoy están bajo el nombre de Durantia Infraestructuras, una sociedad del entramado Batalla, que ha pasado por dificultades financieras en los últimos años con una importante deuda en el entorno de los 1.100 millones de euros.

Se da el caso que la construcción del muelle y dique donde se encuentra ubicada hoy la terminal corrió a cargo de una UTE formada por FCC y Lubasa, que se adjudicaron en enero de 2002 la obra de ampliación del puerto de Castellón por 52 millones de euros.

Inversión garantizada

El plan inversor de TPC, valorado en 44 millones de euros, se financia con un crédito sindicado, asesorado por la firma Baker&Mckenzie.
El crédito fue organizado por Banco Sabadell a 15 años por 30 millones, el 76,8% de la inversión sin IVA, con estructura de proyect finance, contando con una póliza de crédito stand by sindicada a 5 años como línea contingente y crédito IVA sindicado de 5,8 millones a dos años con la pignoración de las devoluciones del IVA de Hacienda.
Los riesgos financieros fueron asegurados por Banco Santander y Banco Sabadell.

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