El papel del transitario como impulsor del comercio exterior, uno de los pilares sobre los que se apoya la recuperación de la economía española, está fuera de toda duda, aunque siga siendo el gran desconocido del sector del transporte y la logística. No en vano, por sus manos pasa más del 85 por ciento de las mercancías que se mueven en España. No estaría de más, por tanto, que se escuche su voz, que es la de la carga, para mantener a flote uno de los sectores que nos puede sacar de la crisis. El colectivo, en este sentido, lo tiene muy claro y ha hecho pública su ‘hoja de ruta’, plasmada en las conclusiones de su último Congreso, celebrado del 4 al 6 de octubre en Cádiz.
Las principales propuestas se podrían resumir en dos grandes líneas de actuación. Avanzar hacia la “plena liberalización de la representación aduanera”, de modo que el paso de las mercancías no suponga un sobrecoste que afecte a la fluidez del transporte, y hacer que sea una realidad la ‘ventanilla única’ para minimizar las cargas burocráticas. Y es que es muy preocupante, como apuntó el presidente de Feteia, Enric Ticó, que las dos terceras partes del tráfico mundial que atraviesa el canal de Suez pase por delante de las costas españolas y continúe su camino en dirección al norte de Europa sin recalar en la península Ibérica, llamada a ser, por su posición geográfica, la plataforma multimodal logística del sur del Viejo Continente. Es evidente que algo se está haciendo mal o no funciona. Esperemos que Aduanas, foco de las críticas del sector empresarial, haya tomado buena nota de las recetas del Congreso para revertir la situación, porque “nos la jugamos todos”.