Para la patronal Cetcat, ello demuestra que las prohibiciones no se basan en criterios técnicos, sino políticos que acaban perjudicando al transporte catalán por carretera.
El Servicio Catalán de Tránsito ha mantenido restricciones a la circulación de vehículos pesados en 2010 en contra del criterio de la propia policía autonómica. Para la patronal del transporte Cetcat, que ha impugnado los tres últimos años las prohibiciones, ello demuestra que las restricciones no se basan en criterios técnicos, sino políticos
El Servicio Catalán de Tránsito, el organismo autonómico con las competencias en materia de tráfico en esta comunidad autónoma, ha mantenido restricciones a la circulación de vehículos pesados en 2010 en contra del criterio de los propios Mossos d’Esquadra, la policía autonómica que controla y vigila el tráfico en las carreteras catalanas. Ambos organismos dependen del departamento de Interior, que dirige el consejero en funciones, Joan Saura.
En el procedimiento administrativo que se siguió para aprobar las prohibiciones a la circulación de camiones en 2010, los Mossos d’Esquadra propusieron que se levantaran determinadas barreras vigentes en 2009 al considerar que, técnicamente, no estaban justificadas, lo que no fue tenido en cuenta por el Servicio Catalán de Tránsito a la hora de fijar y publicar las restricciones en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC), según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico.
De las nueve restricciones que la policía autonómica consideraba que no estaban justificadas, únicamente tres se levantaron. A la inversa, la ampliación de las prohibiciones que plantearon los Mossos d’Esquadra en comparación con 2009, otras nueve, son aplicadas todas por Tránsito, excepto una, durante este año.
“Si todas las propuestas de restricciones son aceptadas y las de quitar barreras se rechazan, la conclusión es que las prohibiciones no se basan en unos criterios técnicos, que son los de los Mossos d’Esquadra, sino en criterios políticos, que lo que hacen es perjudicar al transporte por carretera y favorecer al vehículo privado, que es el gran contaminante y el causante de la congestión viaria”, según señalaron fuentes de la Confederación Empresarial de Transportes por Carretera de Cataluña (Cetcat).
La patronal catalana recurrió este año, por tercera vez consecutiva, las restricciones de 2010 al considerarlas, como las prohibiciones de 2008 y 2009, que no están justificadas ni en número ni en extensión.
Especialmente incomprensible es para el sector la prohibición de circulación en determinados días y franjas horarias en toda la AP-7, en ambos sentidos, que atraviesa Cataluña y es la principal vía de comunicación con Francia. Además, la Cetcat argumenta, para presentar el recurso, que el Servicio Catalán de Tránsito no es competente para promulgarlas ya que se trata de una materia que el consejero de Interior no puede delegar en el citado organismo.
Los tres recursos contra las restricciones de 2008, 2009 y 2010 siguen en tramitación judicial. La sentencia del primero “está a punto de salir”, aseguraron desde la patronal. La Cetcat confía en que la resolución sea favorable para los transportistas. “Lógicamente no tienen remedio porque ya se han hecho, pero la sentencia marcará cómo hay que hacer las restricciones a partir de ahora”.
Dejar las restricciones atadas para 2011
Las asociaciones catalanas del transporte acogieron con sorpresa la convocatoria de una reunión del Servicio Catalán de Tránsito para tratar de las restricciones a la circulación de camiones para 2011. La convocatoria del encuentro se hizo el lunes 22 de noviembre para el viernes 26, dos días antes de las elecciones al Parlamento catalán. Ante la premura de la cita y por problemas de agenda, la Cetcat excusó su asistencia al encuentro, que finalmente se suspendió y al cierre de esta edición no se había fijado una nueva fecha.
“La sensación que tenemos es que quieren dejar atadas las restricciones para el año que viene esté quien esté”, señalaron fuentes del sector, en referencia al nuevo inquilino del Palau de la Generalitat. Desde que ocupa la dirección general de Tránsito Josep Pérez Molla, las relaciones con el sector han sido muy tensas.
De hecho, Pérez Moya ha limitado las reuniones con el transporte catalán a un encuentro anual para informar, “que no negociar”, del calendario de prohibiciones desde que la Cetcat las impugnó por primera vez. Pérez Molla aseguró que no volvería a negociar con el transporte hasta que retirara los recursos, y lo ha cumplido a rajatabla hasta el final.