La patronal europea ECG señala que el sector eliminó un 30% de oferta en 2009 y ahora no hay liquidez para adquirir nuevas flotas.
La patronal europea ECG, defiende que, si bien la demanda de la industria del automóvil y de los servicios de transporte de vehículos terminados continua creciendo de forma estable, el sector de los transportistas de vehiculos debe hacer frente en la actualidad ante la reactivación económica a una inversión en flota, y para ello necesita el apoyo de los bancos
La rama de la logística especializada en el sector del automóvil puede haber sido la gran víctima de la crisis económica mundial. Algo que no sorprende si se tiene en cuenta que la especialidad es totalmente dependiente de una de las industrias que más sufrió la depresión. Sin embargo, las características intrínsecas de los operadores logísticos les confieren una ventaja sobre sus clientes a la hora de afrontar la crisis.
Esta y otras conclusiones se presentan en el estudio “El sector europeo de los transportistas de vehículos terminados: financiando el futuro”, elaborado por European Car-Transport Group of Interest (ECG), patronal europea de portavehículos. Su presidente Constantino Baldissara señala que “la industria del automóvil sufrió el año pasado la recesión más fuerte desde principios de los años noventa”.
El estudio afirma que la amplitud de la crisis ha llevado a los logísticos del automóvil a recortar su capacidad entre un 20 y un 30 por ciento. Los recursos financieros se volcaron en aguantar hasta que volvieran los buenos tiempos, y ahora las empresas no cuentan con reservas para invertir en nuevas flotas, esfuerzos que son cada vez más necesarios para responder al creciente aumento de la demanda.
De hecho, ECG estima que la demanda de automóviles nuevos se reestablecerá en 2010. De hecho, la asociación calcula que el sector debería invertir entre 4.000 y 7.000 millones de euros en el corto y el medio plazo, y eso sólo para hacer frente a la necesidad de renovación de activos. Aunque el mercado del vehículo de ocasión presenta un fuerte potencial: es 2,5 veces más grande que el de primera mano (en España la relación es de 1,1), y requiere la intervención de una empresa de transporte entre un 5 y un 10 por ciento de los casos. Baldissara señala que, si bien la especialidad produce la mayor parte de su cifra de negocios en torno a los fabricantes, en realidad no asume tanto riesgo como sus clientes.
De hecho, los volúmenes de ventas de los operadores son mucho más previsibles que los de sus clientes. Además, incluso en tiempos de crisis, los fabricantes emplean el transporte y el almacenaje como herramientas de gestión del exceso de producción, como cuellos de botella. ECG indica que gracias al aumento registrado en la producción, los ciclos logísticos volverán a desarrollarse sin escollos.
Otra de las diferencias entre logísticos y fabricantes es la mayor flexibilidad geográfica de los segundos. El operador puede deshacerse de sus activos más rápidamente en función de la evolución de la demanda. Para las empresas logísticas, el valor residual de los activos puede traducirse directamente en ingresos potenciales. El bajo coeficiente de costes fijos que emplean los logísticos es otra fuente de flexibilidad: de hecho, según ECG, el coste fijo representa menos del 40 por ciento del total. Y es que los operadores logísticos prácticamente no acuden a contratos exclusivos. En condiciones normales, tienen acceso a un amplio abanico de transportistas subcontratados, y siempre pueden recurrir a sus flotas y empleados propios cuando la economía retrocede.
El último ingrediente de estabilidad en la logística del automóvil es el gran equilibrio financiero (entre beneficio, eficacia y crédito), junto con la buena relación entre pérdidas y ganancias, y entre deuda y recursos propios, que son muy favorables en comparación con las mismas cifras de la industria. Según Baldissara, son precisamente estas diferencias las que deberían incitar a los bancos a suavizar su postura crediticia frente al sector de los operadores logísticos de vehículos terminados. Fundada en 1997 y con sede en Bruselas, el ECG agrupa a 92 empresas de 23 países euroasiáticos (siete miembros españoles). Los ingresos agregados de sus miembros suman más de 15.500 millones de euros, transportan 63.000 vehículos, dan empleo directo a 60.000 personas y operan una flota de más de 20.000 vehículos, 20.000 vagones ferroviarios y 330 barcos.