La asociación de empresas cargadoras, Transprime, con sede en Barcelona, ha emprendido una nueva etapa para jugar un papel más activo en defensa de los intereses de sus asociados y abrirse a otros sectores. Transprime se creó en 1978 por fabricantes con transporte entonces propio (privado) y grandes usuarios del transporte público. Cuenta con pocos miembros, 23 empresas, pero suman un volumen de facturación de 16.400 millones de euros y 36.500 empleados.
Nestlé, Celsa, Gallina Blanca o Codorniu son algunas de estas empresas. “Queremos abrir nuestro abanico a sectores que ahora no forman parte de Transprime, como es el caso de la industria farmacéutica”, asegura Jaume Munné, gerente de la asociación cargadora. Transprime creará conjuntamente con la Autoridad Portuaria de Tarragona una mesa de gestión “abierta a los colectivos que aporten criterios de mejora” de la operativa en la dársena catalana. Además, la organización cargadora ha propuesto a Foment del Treball, de la que forma parte desde 2010, la creación de una comisión asesora de Transporte y Logística en el seno de la patronal, como las que ya existen de otros sectores.
El objetivo es que “se integren las organizaciones del sector que ya forman parte de Foment para unificar criterios y abordar cómo podemos optimizar lo que hacemos”. La creación de la nueva patronal UNO “es una buena iniciativa porque supone una concentración de cara a un órgano tan atomizado como es el Comité Nacional del Transporte por Carretera”, añade Jaume Munné.
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