Grimaldi, que opta a la nueva terminal de short sea shipping, supone un tercio de las escalas de la estibadora de Acciona.
La entrada en funcionamiento de la futura terminal de short sea shipping en el puerto de Barcelona será una competencia para las instalaciones de Trasmediterránea en la dársena, que intentará mantener cuota de mercado captando nuevos clientes y desarrollando más líneas propias. La estibadora filial de Acciona ha concentrado, hasta la fecha, la mayoría de los servicios de short sea shipping que enlazan la dársena catalana con otros puntos del Mediterráneo, además de sus líneas propias.
Este panorama cambiará cuando entre en funcionamiento la que será su vecina terminal dedicada específicamente a este tráfico, que el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Barcelona adjudicará previsiblemente este mismo otoño. Trasmediterránea, que pasó hace un año de operar como terminal privada a pública bajo el nombre de Terminal Ferry Barcelona, entrará en liza por este mercado con el nuevo concesionario.
Es más, si el grupo marítimo italiano Grimaldi se hace con la concesión, emigrarán a la futura instalación las líneas de su naviera Grimaldi Nápoles, que opera actualmente en Trasmediterránea y que es su principal cliente externo. Los servicios que Grimaldi Nápoles tiene con Italia suponen un tercio de las escalas y casi la mitad de la carga que manipula anualmente la estibadora de Acciona. Además, Trasmediterránea opera los servicios regulares de la otra naviera italiana que tiene enlaces desde Barcelona, Grandi Navi Veloci, y el estacional de la argelina ENTMV. Desde la propia Trasmediterránea reconocen que, de perder los servicios de Grimaldi Nápoles, “la terminal entraría en pérdidas”, señaló Miguel Pardo, director regional del Mediterráneo de Trasmediterránea.
Un terminal ampliada recientemente y que caería en la subocupación de no captar nuevos clientes. La estrategia ante el futuro competidor es doble, captar líneas de terceros y abrir más servicios propios: “estamos explorando la posibilidad de líneas de short sea shipping dentro del Mediterráneo”. Trasmediterránea ha testado una primera experiencia en este sentido: el servicio directo ro pax (pasajeros y mercancías) entre el puerto de Barcelona y el marroquí de Tánger, que puso en marcha hace unos meses. La línea, con una ocupación del 40 por ciento, “tiene futuro”. Empezó con carga estacional, “y ya hemos comenzado a trabajar con carga seca”, que no es estacional, como el textil y la automoción.