El castigo por no haber hecho los deberes a tiempo el Ministerio de Fomento nos va a costar un buen pellizco a los españoles: 128,3 millones de euros en indemnizaciones que la cartera de Blanco tiene que pagar a la concesionaria del tramo transfronterizo de alta velocidad, TP Ferro, por el retraso de la llegada de esta infraestructura a la frontera francesa.
Pellizco por el momento, de no haber más retrasos, pellizco que no incluye el coste de la ampliación de la concesión en tres años a TP Ferro para explotar el tramo y pellizco al que hay que sumar los 93,8 millones de euros que cuesta el plan B puesto en marcha por Fomento -añadir un tercer carril en ancho mixto a la línea convencional entre Gerona y Figueres-, y que tampoco ha cumplido los plazos previstos, para que algunos trenes pudieran llegar a la frontera antes de la entrada en funcionamiento de la alta velocidad entre Barcelona y Figueres.
Un pellizco que no incluye el precio de todas las demoras que acumula esta infraestructura: ni más ni menos que ocho años, si es que finalmente llega en 2012, sobre el calendario inicial, 2004, que era fecha para estar en marcha la alta velocidad hasta la frontera. Y a todo esto, únicamente las cabezas pensantes del Ministerio de Fomento ven a las mercancías subidas en un tren circulando por las vías de alta velocidad.
Y es que el trazado de la nueva línea tiene pendientes de 18 milésimas (18 metros de desnivel por cada mil metros), cuando lo óptimo para la carga es no sobrepasar las 12 milésimas. Para superar el desnivel, se necesitarían dos locomotoras para arrastrar los trenes de carga, con lo que este transporte saldría por un buen pico.
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