ACT Research, una consultora estadounidense que sigue la evolución de la demanda norteamericana de camiones, anunció que las entregas de camiones pesados llevan ya cuatro meses estabilizadas en 20.000 unidades, lo que ha sido interpretado en la industria como una evidencia de que el mercado ha tocado fondo. Según ACT Research, las entregas de estos vehículos podrían alcanzar en 2008 las 258.000 unidades.
Necesitados de algún detalle esperanzador, los fabricantes de camiones con presencia en EEUU se han agarrado a ese hecho como a un clavo ardiendo. Así, Daniel Ustian, presidente ejecutivo de Navistar International, declaró en el Salón de Chicago, que el mercado había tocado fondo por fin y que aunque aún continuará unos meses en ese nivel de 20.000 unidades, luego comenzará a recuperarse. De esa misma opinión es Leif Johansson, presidente ejecutivo de Volvo AB, quien manifestó en la presentación de los resultados del grupo sueco durante el ejercicio 2007 que el mercado norteamericano de camiones pesados había bajado tanto que sólo podía ya hacer una cosa: subir.
Sin embargo, hay constructores que no son tan optimistas. Así, Oshkosh Truck, que aunque es un fabricante de camiones militares, tiene una división de vehículos especializados para usos civiles, ve un problema en la evidente reducción de la demanda de estos vehículos por el recorte de los presupuestos económicos municipales y el enfriamiento de la actividad inmobiliaria. En conjunto, Oshkosch teme que las ventas se reduzcan entre un 15 y un 20 por ciento en 2008. También Jean Blackwell, directora financiera de Cummins, cree que el mercado norteamericano de pesados seguirá en un nivel muy bajo durante 2008.
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