España acaba de recibir buenas noticias en la demanda presentada contra ABS, la sociedad clasificadores del “Prestige”, en un juzgado de Nueva York. Como se recordará, el Reino de España reclama 700 millones de euros a ABS porque considera que la clasificadora se comportó de manera negligente en las inspeccion que realizó al “Prestige” en China poco antes de su hundimiento cerca de nuestras costas a finales del año 2002.
Ahora, en un caso similar al del “Prestige”, una sentencia de un tribunal francés ha condenado a la también sociedad de clasificación Bureau Veritas, lo que supone un espaldarazo a la estrategia española de ir contra ABS en Estados Unidos, por cierto, muy criticada en su día por algunos expertos, que consideraban que no tenía sentido pleitear más allá de nuestras fronteras.
El caso francés corresponde al buque “Wellborn”, con bandera de Libia, que realizaba el trayecto de Gabón a China en octubre de 1994, cuando en un accidente perdió toda su carga. La compañía aseguradora de la carga cuantificó las pérdidas y demandó a Bureau Veritas, la sociedad de clasificación del barco, alegando que esta última era la responsable de la pérdida ya que las inspecciones y la emisión de los certificados estaban bajo sospecha. La inspecciones del Bureau Veritas en el “Wellborn” se desarrollaron en Singapur y en China. Los demandantes mantenían que el grado de corrosión del buque estaba por encima de los límites permitidos en la normativa internacional, lo que tenía que haber sido descubierto y corregido durante la inspección del buque.
El tribunal ha definido la omisión de Bureau Veritas como una falta grave y mantiene que la atribución de la distinción más alta a un barco constituye una forma de garantizar que la carga es transportada bajo las mejores condiciones posibles. Asegura el tribunal francés que, más allá de que el propietario del buque actuara de manera negligente, extremo que también es extrapolable al caso “Prestige”, no se puede exonerar a Bureau Veritas de su error.
En resumen, lo que viene a decir el Tribunal Supremo del país vecino es que si la empresa hubiese revocado a su debido tiempo la certificación al “Wellborn”, el barco no hubiera estado navegando y, por lo tanto, no se hubiese producido el accidente. Bureau Veritas tendrá que pagar al cargador la pérdida de la mercancía.