Parece ser que esta vez la crisis no dejará en un cajón el proyecto de los nuevos accesos al puerto ni habrá una alternativa ‘low cost’
Parece ser que la crisis económica provocada por la pandemia no va a volver a dejar en un cajón los pendientes nuevos accesos terrestres al puerto de Barcelona, como se han quedado una, dos, tres e infinitas veces desde que se comenzó a tramitar el proyecto hace la friolera de casi 20 años. Y parece ser que esta crisis no va a generar un proyecto low cost como el que acordaron el Ministerio de Fomento y la Autoridad Portuaria para desbloquear la obra en 2013 a raíz de las estrecheces presupuestarias derivadas de la crisis de 2008.
El proyecto ferroviario: aprovechar un tramo del trazado en ancho métrico añadiendo el ibérico e internacional en lugar de construir un nuevo corredor, lo que suponía rebajar la factura a menos de la mitad de la inversión de 300 millones de euros del proyecto original.
En cuanto a los nuevos accesos viarios, la entonces titular de Fomento, Ana Pastor, colocó la primera piedra en diciembre de 2014. No hubo más piedras, ni hormigón tampoco. Y es que cuatro años después, en 2018, Íñigo de la Serna, ocupante de la cartera, anunció que la alternativa barata era inviable técnicamente, en concreto, que planteaba dificultades técnicas en relación a la seguridad. La línea ferroviaria no hubiera conseguido la homologación de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria. Se recuperaba así el proyecto original ferroviario y viario. Y con la vuelta al proyecto original, que supone una obra muy compleja, los accesos quedaron sine die.
La presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona ha asegurado que esta vez el proyecto cuenta con el completo consenso técnico sobre la mejor opción. Es más, el acto de firma del protocolo de colaboración para tirar adelante el proyecto, por parte de todas las administraciones implicadas, no se ha llevado a cabo todavía por la situación actual. A ver si esta vez es ‘verdad de la buena’ que arrancará.
Eva Mármol
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