Ante los rumores de un posible abandono del proceso de fusión de Scania y MAN, Volkswagen, accionista mayoritario de ambas compañías, de las que controla el 70 y el 55,9 por ciento, respectivamente, ha asegurado que el asunto sigue adelante, desmintiendo así al diario económico sueco Dagens Industri.
Este rotativo afirmaba que Ferdinand Piëch, presidente del consejo de supervisión de Volkswagen, había dejado a un lado el proyecto para no perjudicar la satisfactoria marcha financiera de Scania.
No debe extrañar que en medios industriales se comience a dudar de que la consolidación de los dos fabricantes de camiones pueda ser llevada a buen término, dado que, después del largo tiempo transcurrido -más de 5 años- desde que Piëch torpedeó una OPA hostil de MAN sobre Scania, decidiendo poco después proceder a la consolidación de éstas, sólo se sigue hablando de lo mismo.
Es decir, sobre la posibilidad de conseguir 200 millones anuales de sinergias entre ambas marcas y de que se estudia la colaboración en frentes como los ejes, las cajas de cambios, la adquisición de materias primas y la investigación conjunta de las cadenas cinemáticas para vehículos híbridos, cuando ya antes de 2008 se estudió y descartó por parte de MAN y Scania la colaboración en los dos primeros frentes.
Además, la adopción de las cajas de cambios Scania por parte de MAN y el establecimiento de una cadena cinemática propia por ambas firmas representaría un golpe muy duro para un grupo alemán tan importante como ZF, que es el principal proveedor de cajas de cambios de MAN y que ya tiene muy desarrolladas las transmisiones híbridas para vehículos industriales.