Todo apunta a que una vez encarrilado el asunto de la adquisición de Porsche para incorporarla como la undécima marca del grupo Volkswagen, los directivos de esta última podrán dedicar más tiempo a la fusión de Scania y MAN Nutzfahrzeuge en un solo fabricante de vehículos industriales o en la creación de una alianza entre ambos que suavice un poco la consolidación, al menos para cubrir los intereses comerciales, mucho más a gusto con la presente situación de dos marcas independientes.
Según declaraciones de un anónimo ejecutivo senior de VW a Financial Times, Ferdinand Piëch, presidente del consejo de supervisión del constructor de Wolsburg, promocionará a Jochem Heizmann, actual responsable de producción en VW, como presidente adjunto de Scania, justo por debajo de Leif Östling, actual presidente ejecutivo del constructor sueco, nombramiento que Piëch propondrá en la junta general de accionistas de Scania que tendrá lugar el 6 de mayo.
En el fondo, Östling no es partidario de una fusión de su compañía con MAN Nutzfahrzeuge, consciente de que en la compañía resultante siempre habrá un alemán en la cabeza. En medios financieros suecos se ve el nombramiento de Heizmann como el primero de una serie de cambios en la gerencia de Scania, compañía en la que VW tiene un 50 por ciento raspado del capital pero un 71,2 por ciento de los votos en el consejo.
Heizmann sería también el representante de Scania en el consejo de supervisión de Volkswagen. Desde luego, llegar a una integración total de Scania y MAN Nutzfahrzeuge llevará años, pero Volkswagen quiere conseguir un primer estadio de dicha integración que le permita abaratar los costes unitarios de la adecuación de los motores de ambos fabricantes a la futura normativa Euro 6 que la CE insiste en poner en vigor en 2014. Desde luego, una de las cosas que se dice que VW ha aprendido del asunto Scania-MAN es que no se puede entrar en una compañía con una participación minoritaria -los de Wolfsburg sólo controlan el 30 por ciento de la compañía de Munich- y empezar a moverse como un elefante en una cacharrería.