Editorial  | 

Estrategia Marítima de España

El famoso “estamos trabajando en ello” no puede convertirse en una respuesta permanente.

España es el segundo país de la UE por tráfico portuario. Sin embargo, la marina mercante nacional no está al mismo nivel. Con una arraigada tradición marítima, el sector debería ser un auténtico catalizador de inversiones y empleo. Urge una ‘Estrategia Marítima’ que dé respuesta a las necesidades de esta potente industria. Y, parece, que el Ministerio de Transportes está en ello.

Uno de los ejes de actuación deberá poner el foco en una vieja demanda de los armadores españoles: la mejora de la competitividad del Registro Especial de Canarias, que sigue haciendo agua. En la última década, el crecimiento medio anual del tonelaje inscrito en otros registros europeos fue del 6,2 por ciento, frente a la caída de los buques que navegaban bajo pabellón nacional del 0,4 por ciento. El pasado año, además, se registró el mayor descenso histórico en número de buques y el segundo mayor en tonelaje. Y desde enero de 2024, por primera vez en la historia, menos de un centenar de buques mercantes de transporte navegan bajo pabellón español. Son datos demoledores, facilitados por la patronal Anave, que no dejan lugar a dudas.

Y con la espada de Damocles de la transición energética, el acceso a la financiación, con ayudas específicas para facilitar la renovación de la flota, también será clave para el devenir del sector. Países como Francia, Italia o Portugal ya están lanzando iniciativas y proyectos en esta dirección, mientras España se está quedando atrás.

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, aseguró, en el marco de la Asamblea General de los navieros españoles, que “sería una torpeza que el desarrollo de la Estrategia Marítima no venga acompañado de un proceso activo de escucha y participación” del sector. Pero también sería una torpeza que llegue tarde. El famoso “estamos trabajando en ello” no puede convertirse en una respuesta permanente.

El sector marítimo y portuario (sin incluir construcción naval, pesca, avituallamiento y bunkering, que tienen un peso muy importante en la economía), supone el 13 por ciento de cuota de mercado del transporte, con unos ingresos de 9.000 millones, según el Libro Blanco de Transporte XXI. Y aporta al PIB más de 2.300 millones. La industria se merece más atención.