La crisis económica y financiera continúan haciendo estragos en el sector del transporte por carretera y la logística. Entre las últimas víctimas se encuentra la gallega Trasdega Noroeste, con sede en Lugo y una flota de cien camiones, que ha entrado en fase de liquidación. La compañía intentó hasta el último momento garantizar su viabilidad con la presentación de un concurso voluntario de acreedores a finales del pasado año y la puesta en marcha de dos expedientes de regulación de empleo.
Uno de extinción, que afectaba a 49 trabajadores, y otro temporal, de seis meses de duración, para 22 trabajadores. Sin embargo, la empresa no ha podido salvar la situación y se ha visto obligada a echar el cierre. Entre las causas genéricas que explican la situación de insolvencia de la compañía, según argumentó en su solicitud para acogerse al proceso concursal, se encuentran la caída de actividad, como consecuencia de la actual coyuntura, con la consiguiente disminución de los precios, y la evolución al alza del gasóleo.
No obstante, el meollo del problema, extrapolable a muchas concursadas, es la financiación. El escrito presentado ante el Juzgado de lo Mercantil de Lugo señalaba, en este sentido, que “la carencia absoluta de financiación bancaria provoca que no se puedan descontar los efectos mercantiles entregados como pago por los clientes de la empresa, de tal suerte que no es posible allegar fondos para satisfacer los gastos corrientes, y como más importante, los salarios de los trabajadores”.
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